De cara a la reunión solicitada por la entidad al gobernador Gustavo Bordet, el presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos brindó declaraciones radiales en las que analizó el difícil escenario que atraviesan las industrias. Más allá de las particularidades, planteó los puntos críticos, específicamente tres aspectos que la Provincia puede intervenir.

Leandro Garciandía, presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), dialogó este lunes por la mañana con el programa 5 Esquinas por Radio Costa Paraná y planteó los distintos temas que pondrán sobre la mesa en la reunión solicitada por la entidad al gobernador Gustavo Bordet. A la espera de una fecha para el encuentro, aprovechó para repasar el difícil escenario que atraviesan los industriales y los aspectos en los que la Provincia puede tener injerencia.

“En estos momentos no hay sector que no se vea afectado”, remarcó Garciandía, a modo de síntesis de las complejidades que padecen los sectores generadores de valor agregado en Entre Ríos, más allá de las particularidades de algunas empresas. En este sentido, señaló la importancia de generar medidas que morigeren el impacto de la crisis y puntualizó en los temas energéticos, impositivos y financieros que el Estado provincial puede gestionar e intervenir.

“Tenemos una vocación muy fuerte con el diálogo. Queremos defender los intereses del sector que representamos. Queremos hacer las cosas de manera consensuada. También entendemos que hay que generar políticas de Estado, con una mirada en el mediano y largo plazo. En los momentos más difíciles necesitamos estar entre todos más juntos para resolver los problemas”, sostuvo.

 

Planteos

De cara a la reunión con el mandatario entrerriano, Garciandía consideró: “Lo que vamos a pedir son cosas que estén al alcance de ellos”. En esta línea, primero señaló que “lo que específicamente le compete a la Provincia tiene que ver con el costo energético y el impacto de la provincia”. Al respecto, propuso: “Pedimos algunos cambios, básicamente evitar impuestos distorsivos o tasas que no tienen retribución de servicios y forman parte del costo energético”.

Consultado por la incidencia en la estructura de costos del promedio de los establecimientos industriales, indicó que “la tarifa eléctrica, dependiendo de la parte del ciclo de la industria, puede representar un 15 o 20%”, aunque “en otras industrias más dependientes es mayor y hay otras que no les impacta tanto”. Al respecto, agregó que este costo se ha tornado cada vez más importante porque siguió el ritmo devaluatorio.

El titular de la UIER planteó la incidencia de los tributos y apuntó a Ingresos Brutos y las tasas municipales. En este sentido, cuestionó la presión impositiva. “Es lejos la más alta de la historia de la Argentina. Cualquier producto de una góndola paga más de 40% de impuestos”, afirmó.

Por otro lado, se refirió a los problemas de financiamineto que sufren las industrias y genera problemas en la cadena de pagos. “Ahora las tasas están relativamente bajas, de manera irónica. Es imposible poder financiarse. Los bancos fueron recortando líneas de crédito”, alertó. Además, insistió que cada vez hay más problemas para pagar las facturas, lo que obliga a muchos a financiarse «para que esa empresa siga funcionando” y así también sostener el empleo.

 

Contexto

La crisis de Imperial Cord en el sur de Entre Ríos -que paralizó su producción y se mantiene con mínimo de personal- fue paradigmática porque pone en evidencia la situación crítica que se vive. Garciandía recordó que desde el año pasado la mitad de las empresas entrerrianas viene registrando una caída de los niveles de producción y de ventas. “Estamos ante un mercado claramente recesivo, con caídas importantes”, afirmó.

“El sector que más está golpeado es la metalmecánica, que está teniendo los mayores problemas”, indicó. De igual modo, explicó: “En general las empresas que han podido exportar o han tenido siempre esa política, incluso en momentos difíciles, hoy están en un buen momento porque han tenido una estrategia de preservar mercados y darle valor agregado. Pero hay otros que han apostado más al mercado interno y están sufriendo más”.

En este contexto, si bien las expectativas no son alentadoras, el presidente de la UIER recordó que “el industrial en general es optimista, aún en los peores momentos; uno siempre le busca el lado positivo para poder seguir, como un instinto de supervivencia”. Al respecto, también consideró que tras un año de ajuste, este 2019 serán determinante las elecciones, con aumentos salariales que podrían recuperar lo perdido y aliviar el mercado interno.

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