Pasó el sábado en la zona oeste de la ciudad de Gualeguaychú. La denuncia fue realizada en la Comisaría Sexta. Proteccionistas de animales aseguran que este tipo de maltratos es «más habitual de lo que se cree».
Pasó el sábado en el barrio Arturo Illia (140 viviendas), ubicado en la zona oeste de la ciudad. La denuncia fue realizada en la Comisaría Sexta. Proteccionistas de animales aseguran que este tipo de maltratos es «más habitual de lo que se cree».
María Cristina Loustalet tiene 67 años. El sábado, pasadas las 16, como es costumbre, salió de su departamento del barrio Arturo Illia (conocido como 140 viviendas) para pasear a «Chichote», su perro, rescatado hace poco más de tres años del Parque Unzué.
Pero esa tarde no iba a ser como todas. Cuando el animal, cruza barbincho, pasó por al lado de otro, lo gruñó. Pero inmediatamente su dueña aclaró a quien parecía ser el dueño del segundo perro que «no hacía nada, que se quede tranquilo porque era viejo y ni dientes tenía», según relató la hija de la denunciante a ElDía. La advertencia no sirvió de mucho porque el hombre reaccionó dándole «dos patadas».
«Era un perro de 20 años, tenía problemas en los huesos, no tenía dientes y estaba prácticamente ciego. Después de recibir los golpes se fueron con mi mamá para su casa, el perro se echó debajo de la mesa y ella le vio la lengua morada. Entonces, salió a pedir ayuda, desesperada; vino la vecina, llamó a su veterinario, que llegó enseguida, pero el perro ya había muerto», relató Janet, hija de la denunciante.
Según el testimonio de las víctimas, el hombre que golpeó al animal estaba de visita en el barrio y «ni se molestó en pedir disculpas» luego de enterarse del lamentable desenlace. Lo que llenó de indignación a los cientos de usuarios que compartieron el descargo de Janet en las redes sociales, que en pocos minutos se viralizó y sirvió para que otras víctimas de maltrato animal cuenten sus historias.
«No creo que le haya pegado para matarlo, porque hay que ser muy malo para hacer eso. Creo que le pegó mal y lamentablemente pasó lo que pasó. Pero lo que más angustia es que el señor no se acercó a pedir disculpas en ningún momento, él sabía que se había muerto. Mi mamá es diabética y le dio un pico», por lo que «tuvieron que venir a ayudarla los vecinos», lamentó Janet en diálogo con ElDía.
La denuncia de lo ocurrido fue realizada en la Comisaría Sexta, donde María Cristina Loustalet relató lo sucedido. «Lamentablemente este tipo de maltratos es más habitual de lo que se cree», expresaron desde Provoin ?proteccionistas voluntarios independientes?, y contaron que cada semana se enteran de diversos hechos que involucran crueldad hacia perros, gatos y otros animales. (El Día)