Para la Fiscalía y para la querella particular no hay fisuras: la joven es la única culpable por el homicidio del muchacho y solicitarán la pena de prisión perpetua. Más de 80 testigos fueron convocados a declarar. Los detalles.
Este lunes comenzará el juicio oral y público contra Nahir Galarza por el homicidio de Fernando Pastorizzo, ocurrido en la madrugada del 29 de diciembre de 2017, en Gualeguaychú.
El Tribunal estará integrado por los vocales Mauricio Derudi (quien será el director de las audiencias y tendrá el primer voto) y Arturo Exequiel Dumón y Alicia Vivian. Las audiencias están previstas para este lunes, martes y el jueves; luego continuarán el lunes 11, martes 12 y jueves 14; el lunes 18, martes 19 y jueves 21 de junio. Más de 80 testigos fueron convocados para ayudar a comprender cómo fueron los hechos que terminaron con la vida de la víctima.
En la madrugada del 29 de diciembre del año pasado, sobre la calle General Paz al 500, Fernando Gabriel Pastorizzo (20 años) murió ultimado de dos disparos producidos por una pistola 9 milímetros que manipuló su pareja Nahir Mariana Galarza (19 años) y que pertenecía a su padre Marcelo Galarza, funcionario policial.
El primer disparo fue por la espalda e interesó órganos vitales; y el segundo ingresó por el pecho, cuando la víctima yacía -también indefensa- en el piso.
Para el Ministerio Público Fiscal la figura imputada es la de homicidio doblemente agravado por haber sido cometido mediante la utilización de un arma de fuego y contra una pareja la cual ha mantenido una relación de no convivencia, tipificado en el Artículo 80°, inciso 1 y Artículos 41 bis y 45° del Código Penal en grado de autora. La pena solicitada no contempla mínimos ni máximos y es la de prisión perpetua. Esta conclusión es la que arribó el fiscal Sergio Rondoni Caffa, quien tuvo a su cargo la Investigación Penal Preparatoria (IPP) y así lo fundamentó en su momento cuando solicitó la elevación a juicio. En la audiencia de este lunes, el fiscal Caffa estará acompañado por el fiscal general coordinador Lisandro Béhéran.
Por su parte, la querella particular está dividida en dos representaciones. Por un lado, la que lleva adelante Sebastián Arrechea y Juan Carlos Peragallo vinculado con los intereses del padre de la víctima Gustavo Pastorizzo; y Rubén Virué en representación de los intereses de la madre de Fernando, Silvia Mantegazza.
La querella particular además de adherir en un todo a la perspectiva del Ministerio Público Fiscal, intentará introducir en el debate un tercer agravante: la alevosía, esto es matar sobre seguro sin riesgo para la agresora. Y el tiro por la espalda es para ellos determinante.
A su vez, la defensa particular de la imputada estuvo representada en un primer momento por Víctor Rebossio y Horacio Dargainz; aunque el primero renunció al poco tiempo, luego de hacerla declarar en dos oportunidades en sede de Fiscalía. Así, esa defensa quedó asumida por Dargainz, y más tarde se sumaron Pablo Sotelos, José Ostolaza y Rubén Germanier, quienes intentarán conmover al Tribunal de que se trató de un homicidio culposo. Su teoría no desconoce que Nahir manipuló el arma de fuego, pero argumentan que ambos disparos fueron productos por accidente.
Las declaraciones
En el Legajo Nº 8190/17 de la IPP impulsada por el fiscal Rondoni Caffa, se encuentra registrado que el 29 de diciembre del año pasado, Nahir Galarza luego de presentar un escrito solicitó declarar como imputada para reconocer la autoría y materialidad del hecho.
En esa oportunidad negó tener una relación de pareja con Fernando Pastorizzo; aunque admitió que estuvieron saliendo un par de años. En el mismo acto entregó un sobre de color rojo con tiras de color plateado a los costados que tiene su nombre, y adentro una carta y una impresión fotográfica que Fernando le había entregado. Esa prueba fue recepcionada previa firma de la imputada y del propio abogado defensor. Luego, reconoció que el hecho que se le imputó fue cometido por ella y dio detalles de los momentos previos al fatal desenlace.
Dijo en sede de Fiscalía que Fernando y ella salieron de su casa; que ella iba atrás en la moto que conducía la víctima; y que le disparó con el arma de su padre, que estaba arriba de la heladera y que luego de los dos disparos, dio vuelta a la manzana y se fue caminando hacia su casa; dejó el arma en su lugar sin que su padre se diera cuenta y se acostó a dormir.
El 16 de enero volvió a pedir ampliación de la indagatoria, y aunque no aceptó que se le formulen preguntas, hizo una cronología de las horas previas a la madrugada del 29 de diciembre. Según la versión que ofreció, tuvieron una discusión; luego fueron para la casa de ella; de ahí le pidió que la llevara a lo de su abuela y fue en ese momento que Fernando tomó la pistola de su padre y se la colocó en el pantalón, tipo jogging, y partieron en la moto.
Camino a lo de su abuela, le pidió que le devolviera la pistola de su papá, y cuando llegó a la esquina de General Paz aceleró la moto, perdió el control del rodado y ella aprovechó para sacarle le pistola. Siempre en la versión de Nahir, en ese momento frena la moto de golpe, y ella sintió el primer disparo. Narró que se cayeron, que ella se alcanzó a poner de pie y cuando se acercó para mirar si le había pasado algo, escuchó la segunda detonación.
Luego viene el relato de que regresa a su casa, deposita el arma arriba de la heladera y se acostó a dormir. Reconoce que temprano en la mañana, la llamó por teléfono la mamá de Fernando y que ahí se anotició que había fallecido.
Para Nahir fue un accidente, dijo que no supo qué hacer, y explicó que la primera vez que declaró dijo una versión para que no lo culpen a su padre, dado que el arma era la de él y no quería involucrarlo en un problema de esa magnitud.
Lo demás es una historia más conocida: el 6 de febrero renunció como defensor técnico el abogado Víctor Rebossio y tres días más tarde asumieron como codefensores los abogados Sotelo y Ostolaza, manteniendo la defensa de Dargainz, y el 27 de febrero se sumó a ese equipo el abogado Germanier.
La imputación
A Nahir Galarza se le imputa que el 29 de diciembre, minutos antes de las 5:20, al encontrarse circulando en la moto marca Brava, color gris, dominio 542 JKF, y que conducía Fernando Pastorizzo, al llegar a la calle General Paz al 500, ella extrae de entre sus prendas una pistola 9 milímetros y le dispara a su pareja, con quien ha mantenido una relación por más de cuatro años no conviviente.
El primer disparo ingresa por la espalda, y cuando la víctima yacía herida en el suelo, ella se coloca de frente y le efectúa un segundo disparo que ingresa por el pecho.
De acuerdo al informe de la autopsia, ambos disparos tuvieron orificio de entrada y salida, produciendo una lesión bronco-pulmonar derecha, y el posterior deceso en el lugar del hecho.
Procedimientos y primeras pruebas
En el hecho intervino primero un oficial de la Comisaría Primera, quien fue alertado de lo sucedido por su personal policial que se encontraban de recorrida prevencional en el Móvil 1332.
La primera información que recepcionó la policía fue un llamado que daba cuenta que en General Paz y Avellaneda había una persona herida, presumiblemente por un siniestro vial.
Al llega al lugar, observan que había una persona (luego se sabría que era Fernando Pastorizzo) en el suelo boca arriba, y llevaba puesto un buzo de mangas largas con capucha, pantalón corto negro, alpargatas color azul, y sobre él la motocicleta y a un costado los dos cascos (uno negro, cerrado, y otro gris, tipo abierto).
La policía le tomó el pulso y no se constataron signos vitales. Junto al cuerpo estaba un hombre (luego se sabría que era remisero), quien manifestó que al pasar por el lugar con su remis, observó que en la vereda de enfrente había una motocicleta como la descripta y junto a la persona caída, estaba otra persona que se fue del lugar.
Simultáneamente se llamó a la ambulancia, que arribó transportando a dos enfermeros; y se llamó también al médico Policial, Mónica Concetti, quien constató la muerte y que el cuerpo presentaba a simple vista dos orificios en la región del tórax y lesiones cortantes en dedos índice y medio de la mano derecha.
De inmediato se activó el protocolo de actuación y así la División Criminalística tomó fotografías del lugar, realizó las mediciones, todo en presencia de testigos. Y se descartó en esos primeros minutos que podría tratarse de un robo, dado que la víctima conservaba la billetera en su bolsillo, como así también su Documento Nacional de Identidad, la licencia de conducir, tarjetas de crédito, un celular encendido (color negro con funda azul), 39 pesos en billetes de 20, 10, 5 y dos billetes de 2 pesos.
Los investigadores encontraron junto al cuerpo una vaina de una pistola 9 milímetros que estaba servida, y un proyectil también 9 milímetros.
Siguiendo con el protocolo la policía intentó dar con algún vecino que pudiera haber observado algo; se intentaron localizar cámaras de video y se dejó constancia que en el lugar había poca visibilidad lumínica, que la calle es de tierra y que en esa cuadra había pocas viviendas.
La IPP derivó en el secuestro de la pistola reglamentaria del padre de Nahir Galarza, que al ser peritada se determinó que es la misma arma a la que pertenecía la vaina servida secuestrada en el lugar del hecho, como así mismo que había sido percutida por esa pistola; lo mismo con el proyectil que se remitió para su examen.
Dos testigos clave
El remisero se constituyó como un testigo clave. Se trata de un trabajador de una empresa de remis, que circulaba por la zona en su Fiat Uno, llevando un pasaje que había tomado en la intersección de 3 de Caballería y Nágera y le había solicitado dirigirse hacia el barrio Tomás Rocamora, más precisamente a General Paz y Pueyrredón.
El conductor explicó que iba con la ventanilla baja y al llegar a la zona escuchó un estruendo que le llamó la atención. Dijo que sobre calle General Paz, entre Avellaneda y Pueyrredón; pudo observar a un hombre caído en el suelo, con una moto encima de su pierna, y cerca de él a una segunda persona que estaba agachada y pensó que la estaba auxiliando.
Dejó el pasaje en General Paz y Pueyrredón y regresó para ver qué había pasado. En ese momento, la víctima ya estaba sola, herida y decidió de inmediato llamar al 101 y comunicar lo ocurrido, quedándose en el lugar hasta la llegada de la policía.
El segundo testigo clave pertenece a un empresario gastronómico, propietario de una parrilla.
Esta persona narró que aproximadamente a las 5 de ese 29 de diciembre, luego de limpiar su parrilla, se dispuso a juntar la basura que estaba en la calle Tratado del Pilar. Indicó que minutos más tarde de esa tarea escuchó dos detonaciones fuertes, casi simultáneas. Y al llegar a la intersección de Pueyrredón y General Paz, notó que se encontraba parado un remis de la empresa Oeste; el cual estaba detenido esperando que el pasaje bajara los bolsos. Observó que el remis tomó por General Paz hacia Avellaneda, y se detiene a media cuadra. Y luego vio a la Policía y la llegada de la ambulancia del hospital.
Este testigo ampliará su declaración para decir que observó por calle Pueyrredón a una mujer que caminaba en sentido Sur-Norte, y la describió de contextura física delgada, pelo rubio corto y joven. Incluso aportó que en ese momento vestía en la parte superior una remera manga corta de color naranja, y en la parte inferior un short de jean corto; y que la perdió de vista en calle Moreno y 3 de Caballería.
Este relato fue corroborado por el hallazgo de cámaras de vigilancia de vecinos, que seguramente serán aportadas al juicio oral y público, dado que registran a una persona de idéntica característica a la declarada por el testigo.
La audiencia
Este lunes a partir de las 8:30 comenzará la audiencia oral y pública para conocer la verdad de este caso que ha conmocionado al país. En principio está previsto que sean nueve las audiencias, distribuidas tres por semana (mañana, pasado y el jueves; luego continuarán el lunes 11, martes 12 y jueves 14; y finalmente el lunes 18, martes 19 y jueves 21 de junio).
También está previsto que 84 testigos aporten en esta audiencia, aunque como es habitual, algunos de ellos -si hay acuerdo de todas las partes- puedan desistir.
Entre ellos se encuentran los testigos formales como la Policía, los médicos y el forense; además de tres testigos de actuación; más otros de actuación de requisa vehicular o los que estuvieron presentes en el momento de algún elemento de secuestro realizado en el marco de alguna requisa en particular.
Para la defensa de la imputada, se trata de un homicidio culposo, fundado en que ella no quiso disparar el arma en las dos ocasiones casi simultáneas y que todo se remite a un accidente.
Para la Fiscalía y para la querella particular no hay fisuras: la conducta desplegada por Nahir Galarza encuadra en el delito de homicidio doblemente agravado por haber sido cometido mediante la utilización de un arma de fuego y contra una pareja la cual ha mantenido una relación de no convivencia, en grado de autora. Y por ello solicitarán una pena única de prisión perpetua.
Con respecto a la relación de pareja no conviviente, es un concepto que lleva al noviazgo, es decir, a una relación que no se limita a encuentros ocasionales, sino a una vinculación prolongada y sostenida en el tiempo e incluso con estabilidad de acuerdo a su vigencia y a lo compartido por terceras personas como el círculo de amistades de ambos y también de sus familias.
Por último, habrá que esperar el desarrollo de las audiencias para saber si la querella particular logrará incorporar un tercer agravante: la alevosía. (El Argentino)