Tras el desembarco, la firma, que posee una planta en la ciudad, pasó a controlar el 25% del negocio aviar en el país.
Con anuencia del Gobierno a través de la cartera de Producción, Granja Tres Arroyos ya asumió el control operativo de Cresta Roja y explotará la marca que antes dependía de Proteinsa SA. De hecho, en la semana, la totalidad de los balanceados fue aportada por la firma y unos 20 camiones de Tres Arroyos acercaron desde maíz hasta vitaminas a las granjas de la productora en crisis.
Desde la productora avícola, que en su momento fuera exhibida por el macrismo como el mejor ejemplo de revitalización económica, distintas fuentes confirmaron que en los últimos días la totalidad de los balanceados fue aportada por Tres Arroyos.
De Ovoprot, Grupo Laclau y Tanacorsa, las tres socias que integran Proteinsa SA, dos se encuentran virtualmente en la “lona”. Ovoprot cayó en convocatoria de acreedores, tras comprobarse que entregó hasta 1.400 cheques sin fondos, además de ostentar un pasivo bancario del orden de los $237 millones. Tanacorsa, en tanto, acumula alrededor de 330 cheques rechazados, mientras que debe a los bancos unos $10,5 millones.
Gigante de la producción aviar
Con la incorporación de la capacidad instalada, Granja Tres Arroyos pasará a controlar el 25% de la faena total de pollos que hoy se lleva a cabo en la Argentina. Ya, desde la salida de los Rasic, en octubre de 2016, la compañía estaba interesadá, pero perdió la compulsa a manos de la ahora saliente Proteinsa SA. En ese momento, integró la sociedad Avícola Del Plata -junto con Adecoagro y Grupo Lartirigoyen-, y presentó una oferta, aunque quedó muy por debajo de la base. De esa forma, perdió toda chance de quedarse con la procesadora de pollos.
“Granja Tres Arroyos vio de entrada que las bases de la sociedad, que asumió en Cresta Roja, no eran sólidas”, señalaron y siempre estuvo “merodeando”. Tal fue así que, a principios de 2018, asumió parte de la faena de pollos cuando la controlada por Proteinsa SA entró en una espiral de conflictos laborales.
De hecho jamás dio muestras de solidez financiera y apenas mostró voluntad para quedarse con una ‘papa caliente’ que mantenía tenso al macrismo, por lo que “se limitó a esperar hasta llegar a este presente. Ahora van por un negocio al que accederán, poniendo prácticamente la misma plata que ofertaron hace un año y medio”.
Poco le importa esto a Granja Tres Arroyos, que, de esta manera, se transforma en un monstruo de la producción avícola, con el 25% de faena total de pollos que se realiza en el país. (La calle)
