Luego de dos temporadas, el fenómeno climático «El Niño» perdió fuerzas e ingresó en un proceso de finalización, por lo que se esperan menos lluvias en la Mesopotamia y otras zonas del país.
El informe elaborado por Perspectiva Agroclimática Estacional de la Bolsa de Cereales porteña, explicó que durante el invierno y el principio de la primavera 2017, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió, abandonando el estado de «El Niño» de las dos temporadas precedentes y pasó a una posición neutral fría.
«Durante octubre y los primeros días de noviembre este proceso perdió fuerza, reduciendo las probabilidades de alcanzar un estado de La Niña durante la campaña (agrícola) en curso», indicó el autor del análisis, el especialista en agroclima, Eduardo Sierra.
El autor prevé que el Océano Atlántico permanecerá caliente, lo que compensará en buena parte los efectos negativos del enfriamiento del Océano Pacífico.
«La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, produciendo una alternancia entre lapsos cálidos, con riesgo de tormentas severas y marcados descensos de la temperatura, con riesgo de heladas primaverales tardías», sostuvo para la actual campaña agrícola.
Sierra añadió que «en el corto y el mediano plazo, esta evolución producirá una progresiva moderación en las precipitaciones, aliviando la presión sobre los extensos anegamientos e inundaciones que afectan a los campos bajos de varias provincias argentinas».
No obstante, consideró que «desafortunadamente, el escurrimiento superficial y profundo desde los campos altos hacia los bajos, hará que la reducción de los excesos hídricos sea lenta».
En el largo plazo, el lento pero progresivo enfriamiento del Océano Pacífico podría llevar al desarrollo de un episodio de «La Niña», que podría afectar a la futura campaña agrícola 2018-2019.
«Dado que esta tendencia es incipiente, será prudente continuar vigilando la evolución del clima hasta tanto pueda arribarse a un diagnóstico certero», advirtió el analista.
Consideró que «la primavera continuará observando signos moderados del cambio en la circulación atmosférica asociado al enfriamiento del Océano Pacífico».
Como consecuencia, Perú, Bolivia, el norte de Chile, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, el norte y el centro del área agrícola del Brasil, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana recibirán un flujo de calor y humedad algo superior al promedio.
Se observarán precipitaciones tempranas superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.
Contrariamente, el centro y el sur de Chile, el oeste y el centro de Cuyo, el sur del área agrícola del Brasil, la Región Oriental del Paraguay, el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay experimentarán una influencia contraria.