Desde hoy el fiscal y los defensores de los imputados argumentarán ante el Tribunal.
El 11 de diciembre de 2016, avanzada la madrugada – eran cerca de las 04- José “Zengo” Ventos, atendió la puerta de su casa. Alcanzó a salir cuando recibió dos certeros disparos en la cabeza descerrajados por la persona que llegó. Adentro estaban su mujer y su hija. Sus hijos varones no se encontraban en el domicilio. Segundos después fue el encenderse luces en las casas vecinas mientras se escuchaban los gritos de las mujeres en la vivienda de la víctima. Cuando llegó la policía, “Zengo” Ventos ya había fallecido.
La investigación tuvo en cuenta varias pistas, pero todo parecía estancado, hasta que pasada la segunda decena del mes de enero, una conciencia no pudo más y una versión inesperada arrojó un poco de luz. El joven novio de la hija de la víctima, de solo 16 años, fue a la fiscalía y declaró que él había disparado, que por ello había recibido dinero de la concubina de Ventos – Ana Libertad Sánchez – y de la hija de ambos, entonces su novia.
Esa misma tarde ambas mujeres fueron detenidas. El menor fue llevado a una institución de la provincia, la menor alojada en el Hogar de Jóvenes de nuestra ciudad Remedios Escalada de San Martín, en tanto la única adulta del grupo – Sánchez – quedó detenida desde entonces en la Comisaria de Minoridad y Violencia Familiar.
Desde principios de mes se desarrolló el juicio al que llegaron los tres supuestos autores. Todo a puertas cerradas para preservar la identidad de los menores.
Hoy los tres abogados defensores alegarán a favor de los detenidos y la fiscalía pondrá sobre la mesa la acusación. Ambas partes pedirán algo: la fiscalía, si arribó a una certeza de culpabilidad, una condena. Los abogados de cada uno de los detenidos, argumentarán en su favor. De ser hallados culpables, la que seguramente recibirá una condena será Ana Sánchez, a los jóvenes el tribunal – de ser hallados también responsables – les declarará su responsabilidad en el tremendo hecho. Será después el juez de menores el encargado de dictarles alguna pena. (La calle)