Días pasados, pescadores de Concepción del Uruguay se comunicaron para manifestar su preocupación y malestar por lo que consideran un exceso de autoridad por parte de la Prefectura a esa actividad, lo que fue desmentido rotundamente por la autoridad de la fuerza.

Quien dialogó con este Sitio fue Américo “Pacha” Salas, pescador de la zona con más de 40 años en esa actividad, cuyos hijos siguen sus pasos y viven de esta actividad tan sacrificada y muchas veces peligrosa.

“Somos trabajadores humildes y que debemos traer diariamente nuestro sustento a la familia, algo que cada vez es más complicado, no solo por las reglamentaciones, sino por la persecución que es injusta. Todos nuestros elementos de trabajo son costosos y sufrimos el secuestro de redes o espinales, pero además se los dañan innecesariamente, ya que en muchas oportunidades los cortan de manera severa”, señaló Salas.

El pescador de 53 años y con 40 años de profesión, mostró a nuestro cronista todos sus papeles en regla, como permisos de pesca y carnet de conducción, entre otros.

Ahora se suman a su trabajo sus hijos que siguen los pasos de este complicado modo de vida, sin dudas muy sacrificado, que no sabe de días fríos o calurosas, buenos o de lluvia y que cada mañana los obliga a navegar en sus botes a la espera de poder juntar su mercadería para la venta.

“Pacha” se quejó también por la escaza cantidad de peces que les permiten sacar, ya que se hace muy difícil recaudar para mantener a la familia, sobre todo en este momento tan complicado.

El pescador asegura que en su caso sus artes de pesca están identificados como manda la Ley y se respetan los días de pesca de lunes a viernes, pero esto no es suficiente para vivir, asegurando que es más fácil pescar en aguas uruguayas que argentinas.

Otro problema que tienen es con los navegantes particulares que según ellos, los atropellan. “Nos ven que estamos tendiendo los espineles o trasmallos y pasan a toda velocidad, más allá de que les hacemos señas. Nos cortan las boyas, pero nadie les dice nada. A nosotros se nos persigue, pero a los que tienen sus lanchas lujosas o veleros, no se les dice nada. Solo queremos trabajar”, resaltó Salas, que asegura que se respeta la zona de pesca, las medidas de redes y los días, entre otras cosas, pero cada vez se les hace más difícil vivir.

 

Dialogo con el jefe de Prefectura

Sin dudas en situaciones como esta, se hace necesario dialogar con la otra parte, de manera de contar con la segunda campana y por eso se dialogó con el prefecto Cesar Adrián Insaurralde, quien destacó que el trabajo de sus hombres se basa en hacer respetar la Ley vigente y negó que pueda haber excesos.

“La Prefectura desarrolla numerosas funciones, como ser la de Policía de Seguridad de la Navegación, Policía Auxiliar Migratoria, Pesquera y Aduanera, trabajos administrativos, también está da del control de pesca por un convenio que existe con la Dirección de Fiscalización Agroalimentaria de la Provincia de Entre Ríos, para hacer cumplir la Ley Provincial y sus resoluciones complementarias, que ponen límites a días, zonas y tipo de artes de pesca, entre otras cosas, que apuntan a la preservación de los recursos naturales. Esta es la herramienta que se le da a la Prefectura y la que usamos a diario. De ninguna manera se realiza actividad arbitraria y en más de una oportunidad vinieron los pescadores a pedir sus redes secuestradas o explicaciones, a lo que nosotros les demostramos que estamos actuando en base a la Ley vigente y hacemos las actas correspondientes con los datos de lugar, fecha y horario, ya que nada queda en el aire y todo se envía a Paraná. Solo somos el brazo ejecutor de la Ley”, enfatizó Insaurralde.

El prefecto explicó que hay una constante en la zona y que es que consiste en no tener las habilitaciones o no guardar las medidas reglamentarias e identificadoras de espineles o trasmallos.

“Muchas veces no encontramos con que el fin de semana levantamos redes o espineles y el lunes o martes, vienen dos o tres pescadores a reclamar, pero ninguno puede acreditar su propiedad, ya que no están identificados. Hay casos que los elementos están bien colocados, pero sin identificación y por esos se secuestran, pero en caso de que el pescador esté cerca y acredite la propiedad y cuidado de estos elementos, no se los incautamos poniendo buena voluntad de nuestra parte. En relación a la cantidad de piezas, esto está estipulado en la Ley y esto ellos deberían plantearlo ante las autoridades competentes, no a la Prefectura. Nosotros podríamos enviar sus inquietudes si las presentan en actas de manera de hacerlas llegar a la Dirección de Fiscalización Agroalimentaria o podrían plantear su situación ante la Municipalidad”, finalizó el prefecto. (Crédito: 03442)

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