Violencia obstétrica en Gualeguaychú: «Partos no se hacen más; yo te saco el gurí, cobro y me voy» | GENESIS24.NET
viernes 3 mayo 2024

Violencia obstétrica en Gualeguaychú: «Partos no se hacen más; yo te saco el gurí, cobro y me voy»

Más del 50% de los nacimientos en Gualeguaychú son por cesárea. Las estadísticas muestran que año a año, los nacimientos por esta vía aumentan alrededor del 4%. Las cifras a nivel nacional señalan que el porcentaje crece en los privados, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el índice de cesáreas no tendría que superar el 15%. ¿Ya no sabemos parir o hay un exceso en la intervención médica?.

“La naturaleza es sabia; nuestro cuerpo nunca va a gestar un bebé que no podamos parir”; esta es la frase más recurrente en las y los profesionales médicos que apuestan al respeto de los tiempos fisiológicos del nacimiento.

Lo cierto, es que en la última década las cesáreas son moneda corriente, superando ampliamente el número recomendado por las organizaciones de la Salud. En este contexto, en Argentina se sancionó y promulgó la Ley N° 25.929 de Parto Respetado (Ver columna) para proteger los derechos de la mujer y el niño o niña por nacer.

Antes de avanzar, vale hacer algunas aclaraciones: Primero; todas las formas de nacer son válidas, siempre que se respete a la mujer, se cuide su salud, la de su bebé, y se informe sobre todas las prácticas médicas que se van a realizar sobre su cuerpo.

Segundo: No todos los profesionales de la salud actúan de la misma manera, por lo que es muy importante fomentar el diálogo con el equipo médico y expresar tus deseos, miedos y dudas.

Ahora bien, no respetar los tiempos biológicos, fisiológicos y psicológicos de la persona gestante, deriva, muchas veces, en malos tratos, prácticas invasivas y falta de información certera.

ElDía conversó con tres mamás que recordaron el día del nacimiento de su hijo y la violencia obstétrica se manifestó como un denominador común.

“Yo siempre le dije de la posibilidad del parto. Un día le conté que había elegido a una pediatra y me dice: ‘Mirá que las mujeres no tienen responsabilidad, siempre les surge algo. Te dicen que tienen que buscar la nena a danza y no te van a atender el nene’. Bueno, más allá que me pareció machista, no le di mayor importancia”, contó Jimena.

Luego, a estos comentarios se sumó que no podía ser acompañada en las consultas de rutina. La explicación lógica era el avance de la pandemia; pero de todas maneras hay que aclarar que los derechos de las personas no entraron en receso por el virus.

Todas las mujeres tienen el derecho a estar acompañadas por su pareja, o por la persona que decidan. “A mí, no me dejaban entrar con mi marido por protocolo de la pandemia; tenía que entrar sola. Tuve una atención médica privada con este doctor, porque si llegaba a tener que ir al Hospital, él no podía atenderme ahí; solo lo hacía de manera privada”, relató la mamá que atravesó todo su embarazo en pandemia.

“A la semana 37 me dice: ‘¿Cuándo te voy a cortar, hermana?’ Porque él insistía en que el bebé era enorme y yo era muy flaquita. Me dijo: ‘te hago un tajo y te lo saco’; una frase que me pareció recontra fuerte.

Unas semanas antes, una amigas me habían contado de sus cursos pre-parto; entonces yo averigüé por mi lado porque él no me mandaba. Consulté con otro profesional en el que tengo mucha confianza y me dijo que ir a cesárea era “una política de algunas clínicas” y que hacía años que no escuchaba que mi obstetra haga un solo parto. Me recomendó que siga con los cursos de la partera y que si podía, que haga el trabajo de parto en casa y ya ir con dilatación completa a la clínica”, recordó.

Además, detalló que el segundo médico con el que consultó le dijo que su bebé y ella estaban perfectos; “sólo que mi bebé era “cabezón”, pero más allá de eso, me dijo que mi bebé era acorde a mi cuerpo; que nadie gesta a un niño que no pudiera salir”.

Otra aclaración: Según explicaron profesionales de la salud, un embarazo puede extenderse, sin problemas, hasta la semana 42. A Jimena, en la semana 37 le volvieron a plantear: “¿Cuándo te voy a cortar?”. Esta situación se dio 5 semanas antes de la finalización natural del proceso de gestación.

“Yo le respondí con tres palabras: Y si probamos?”

-“’No’, me respondió… bueno, no sé, si querés, en la semana 38 vení y te hago tacto. Si tenés dilatación veo si te atiendo o no. Es más fácil hacer el parto porque yo vengo, saco el gurí y a vos te atiende la partera. Yo lo único que hago es sacar el gurí, cobro y me voy. Pero, partos no se hacen más… así me dijo”, recordó Jimena en diálogo con ElDía.

“Cuando le conté que estaba haciendo un curso pre parto me dijo: ‘¿Por qué haces un curso pre parto si yo no te mandé? Es como que hagas un curso para horno y tengas una cocina. Sino ándate con esa gorda desagradable que después se saca fotos y la sube al Facebook; ella y la otra descerebrada que después van al hospital con los bebés muertos por hacerse las hippies…pero bueno, dale, yo te hago tacto en la semana 38 y vemos si te atiendo… pero vos y tu marido me firman un papel diciendo que se hacen cargo si algo pasa, porque ese bebé es muy cabezón”, alarmó el médico obstetra de Jimena.

E insistió: “¿Sabés qué va a pasar? Vos vas a hacer fuerza, el bebé va a estar cansado. Vas a tener horas de dilatación y cuando llegue el momento vas a estar destruida. Después que nazca no vas a tener voluntad ni para darle la teta.

No entiendo ¿Para qué querés? ¿Para decir ‘yo parí’? Vos no vas a ser ni más ni menos madre? Cuántas hay que paren y los dejan tirados. Además, ¿para qué querés? ¿Para quedar embarazada de nuevo? No sos un conejo…. Aparte vos sos grande (36 años), sos una mamá añeja, el cuerpo no es el mismo. Y cuando el bebé esté en el canal de parto y ya no se pueda retroceder, van a bajar los latidos (algo que es normal en esa instancia)… y todo por tu capricho”, lanzó.

«¿Por qué haces un curso pre parto si yo no te mandé? Es como que hagas un curso para horno y tengas una cocina. Sino ándate con esa gorda desagradable que después se saca fotos y la sube al Facebook; ella y la otra descerebrada que después van al hospital con los bebés muertos por hacerse las hippies»

Como si fuera poco el maltrato y la alarma a la primeriza que ni siquiera podía ser acompañada por su marido, el médico volvió al ruedo: “Sino, ándate al hospital, y vas a ver que ahí te van a dejar sola, no van a dejar pasar a tu marido. Vas a estar haciendo fuerza 50 horas, te van a rajar entera. ¿Quién te va a coser? Te van a coser así nomás porque son todas residentes que no saben nada”.

Jimena recordó que “sentía que me iba poniendo como una pasa de uva. No podía decir nada y mi silencio era como que le daba la razón. Yo estaba súper asustada y me tenía cero confianza. Estaba descompuesta, con ganas de llorar…pero lo único que me importaba era conocer a mi bebé. Fue un día horrible, pero después me enfoqué en lo importante que era conocer a mi bebé”.

“Primero me dijo que la cesárea era una pavada y después me dijo que era una cirugía de alta complejidad; que tenía que hacer dieta, que no podía hacer fuerzas y un montón de cosas más. Le perdí toda la confianza, por todo esto y porque siempre sale el tema del dinero…somos muchas las que tenemos embarazos sanos que terminan en cesárea. Son muchos los casos que me contaron de este mismo médico”, dijo Jimena y lamentó: “Me hubiera encantado sentir una contracción, que mi bebé se prepare para nacer, que mi cuerpo se prepare, me baje la leche… mi hijo perdió mucho peso porque a mí no me bajaba la leche”.

 

“Sos muy quejosa. No te veo pariendo”

“A mi obstetra lo conocí cuando ya había decidido quedar embarazada. Durante el embarazo no fue el más amoroso, pero seguimos adelante con él. Durante las primeras consultas nunca hablamos mucho del parto.

Después, yo hice el curso preparto, y en el octavo mes le planteamos que queríamos un parto natural.

Él me dijo: ‘Sos muy quejosa con los dolores: No te veo pariendo; no te la vas a aguantar’. Yo tenía fecha para fines de noviembre; nos estábamos viendo en controles semanales porque ya era lo último tramo del embarazo; y ahí nos dice que no podíamos esperar mucho más. Esto fue en la semana 38; que no íbamos a llegar a la fecha, pero sin darnos ninguna información.

“Sino, ándate al hospital, y vas a ver que ahí te van a dejar sola, no van a dejar pasar a tu marido. Vas a estar haciendo fuerza 50 horas, te van a rajar entera. ¿Quién te va a coser? Te van a coser así nomás porque son todas residentes que no saben nada”.

Mi marido le planteó que nosotros queríamos parto. El médico se enojó y nos dijo que él no esperaba más porque supuestamente iba a sufrir el bebé y ya nos puso una fecha límite.

Nos dijo que íbamos a hacer una inducción. Yo no sabía lo que era…y creo que hizo eso para conformarnos. Fue algo súper doloroso… y no pude aguantarlo. Él me dijo: ‘sabía que no iba a funcionar, que no lo ibas a aguantar’. Nunca me dijo que iba a ser tan doloroso.

Nos internamos a la mañana, empezamos con la partera. Él y la partera me hicieron tacto, pero nunca dilaté. No daba más de dolor y de cansancio”.

Este es el relato de Nadia, una mamá de 30 años con un embarazo sano, sin ningún problema en el desarrollo de su bebé. Sin que el proceso natural se desencadene, fue sometida a la inducción con la aplicación de oxitocina sintética, una hormona que el cuerpo produce de manera natural a la hora de parir.

Por supuesto que fue muy doloroso, y que su cuerpo no dilató… claro; no era el momento.

Recordó que “la inducción lo que hace es que tengas contracciones todo el tiempo, muy doloroso… así que, obviamente terminamos con la cesárea que quería el médico. Claramente, no volvería con él… siempre quiso todo organizado y programado, nunca esperar los tiempos naturales”.

 

“Me apuraron, me operaron sin ningún sentido”

Eliana tuvo a su primera hija a los 25 años. Joven, sana, con un embarazo espectacular, según recuerda; pero algo pasó, y en la semana 38 terminó en cesárea.

“Con mi primera hija me dieron fecha para mediados de marzo. Empecé unas semanas antes con incomodidades como toda mamá primeriza. En los controles todo venía bárbaro, y me dijeron que me quedara tranquila, que todo venía bien.

En la semana 38 la doctora me dijo que me iba a inyectar algo para ‘madurar el cuello del útero’ para ver si empezaba el trabajo de parto”.

¿Cuál era el apuro si la bebé y la mamá estaban perfectas? ¿Por qué iban a intervenir si faltaban 4 semanas para la finalización natural del proceso?

Eliana relató que fue con su mamá y le pusieron un medicamento. No le explicaron qué era. “Me tuvo 5 minutos de costado. Fue algo súper doloroso y me mandaron a caminar. Con mi vieja caminábamos y caminábamos y empecé a sentir más dolores. Así estuve un día. Al otro día llamé a mi doctora y le dije que yo sentía una puntada debajo de la panza.

Ella me dijo que vaya, y que si no había dilatado nada me iban a operar ese día, así que, llevamos el bolso y todo. Me hizo tacto y yo no había dilatado. Me dijo que no iba a pasar ni la cabeza de un fosforo así que me internaron y a la tarde nació mi hija con 38 semanas de gestación. Podría haber aguantado mucho más, la beba tenía hasta pelitos en la cara.

Me apuraron, me operaron sin ningún sentido porque había tiempo. Yo naturalicé todo y dije: no me maltrataron, pero sí… no me esperaron, no me dieron información. No respetaron los tiempos de gestación”.

“Con mi segundo hijo estuve condenada desde el principio porque habían pasado 2 años desde el primer parto. Yo cambié la atención privada por la pública, y en el Hospital sí me esperaban hasta la semana 40. Cuando se cumplió el plazo empecé con contracciones pero no las sentía… de todas maneras ya estaba todo programado.

Cuando te ponen una sonda es totalmente doloroso, cuando te la colocan y cuando te la sacan. Lamentablemente, todo esto es por parte de la ignorancia de una… yo creo que si me esperaban, podían nacer solos de manera natural. Una a veces piensa que no sufrió violencia obstétrica porque no me gritaron, pero sí me doy cuenta que no me respetaron los tiempos naturales y me operaron innecesariamente”, cerró Eliana.

Por Mónica Farabello, ElDía

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