Con estos números, el total de infectados desde que comenzó la pandemia asciende a 2.845.872 y las víctimas fatales son 61.474.

El Ministerio de Salud de la Nación informó este sábado que, en las últimas 24 horas, se registraron 298 muertes y 21.220 nuevos contagios de coronavirus. Con estos números, el total de infectados desde que comenzó la pandemia asciende a 2.845.872 y las víctimas fatales son 61.474.

Esta cifra de contagios para un sábado es la más alta registrada desde que comenzó la pandemia, y va de la mano con el aumento sostenido de casos que se registró en las últimas semanas.

En las últimas 24 horas fueron realizados 81.809 testeos, con un 25,9% de positividad. Desde el inicio del brote, se llevaron a cabo 10.689.927 pruebas diagnósticas para esta enfermedad. A la fecha, se registran 288.121 casos positivos activos en todo el país y 2.496.277 recuperados.

Según indica el parte epidemiológico, en Argentina hay 4.858 personas con coronavirus internadas en terapia intensiva. El porcentaje de ocupación de camas a nivel nacional es del 67.7% y en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) del 77.9%.

Del total de muertes, 142 son hombres (107 de la provincia de Buenos Aires, 15 de la ciudad de Buenos Aires, cuatro de Corrientes, tres de Córdoba, dos de Entre Ríos, tres de Jujuy, cinco de Mendoza, uno de San Luis y dos de Santa Fe) y 152 son mujeres (120 de la provincia de Buenos Aires, 15 de la ciudad de Buenos Aires, una de Chaco, una de Chubut, una de Corrientes, cuatro de Córdoba, cuatro de Mendoza, una de Misiones, una de San Luis, tres de Santa Fe y una de Tucumán).

Cuatro personas -todas oriundas de la provincia de Buenos Aires- fueron registradas sin datos de sexo.

De los 21.220 nuevos casos, 10.156 son de la provincia de Buenos Aires, 3.008 de la ciudad de Buenos Aires, 145 de Catamarca, 240 de Chaco, 97 de Chubut, 340 de Corrientes, 1.195 de Córdoba, 569 de Entre Ríos, 113 de Formosa, 90 de Jujuy, 182 de La Pampa, 118 de La Rioja, 730 de Mendoza, 145 de Misiones, 180 de Neuquén, 209 de Río Negro, 142 de Salta, 178 de San Juan, 771 de San Luis, 188 de Santa Cruz, 1.777 de Santa Fe, 232 de Santiago del Estero, 55 de Tierra del Fuego,

Anoche, el presidente Alberto Fernández se reunió con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, para analizar la situación sanitaria del Área Metropolitana (AMBA). Fernández reveló que en ese encuentro se buscó la manera de “ampliar el número de camas de terapia intensiva en la provincia de Buenos Aires porque allí terminan muchos porteños que se enferman (de coronavirus)”.

En declaraciones a Radio 10, expresó: “Hay una saturación de camas en la Ciudad y la Ciudad no toma en cuenta este dato. Por eso, estamos buscando con Axel la manera de ampliar el número de camas”. “Lo mejor es tratar de no salir de sus casas. Hay que circular lo menos posible. Evitar las reuniones sociales. Hay que entender que es un virus inclemente”, continuó.

“No debemos bajar los brazos ni distraernos. Por favor, lo único que me preocupa es cuidarnos y no otra cosa. Sé de lo antipático de las medidas, pero es para cuidarnos de un virus que no sabemos de dónde viene. No nos descuidemos porque el problema está muy presente”, completó el Presidente.

Por otra parte, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, se reunió con el Presidente y le propuso ir hacia una “presencialidad administrada” durante la segunda ola de COVID-19. El ministro le llevó a Fernández la propuesta que habían comenzado a trabajar en el Consejo Federal de Educación el mismo día que anunció la suspensión de clases.

Se trata de una restricción parcial de la asistencia de los alumnos que permita bajar la circulación en las calles. Son tres medidas que se contemplan según el riesgo epidemiológico. Primero disminuir la frecuencia de la concurrencia a clases de toda la matrícula. Segundo, sostener la misma cantidad de horas en los grupos de alumnos considerados prioritarios, pero reducir la presencia del resto de los cursos. Tercero, sostener el régimen de asistencia de los chicos prioritarios y suspender definitivamente la concurrencia del resto.

¿Cuáles son los grupos prioritarios? Los ministros de Educación de todo el país lo definieron el año pasado, cuando todavía había clases a distancia, para que fueran ellos los primeros en volver a las aulas:

1. Los chicos más vulnerables, aquellos que no pueden sostener la continuidad pedagógica desde sus hogares.

2. Los niños en sala de 5 de nivel inicial y en el primer ciclo de primaria.

3. Los alumnos de primer año de secundaria.

4. Los alumnos con discapacidad.

 

Segunda ola en el Conurbano: ferias sin control, aglomeración de personas y venta de animales vivos en las calles

En medio de una segunda ola que amenaza con el colapso del sistema de salud, en el Gran Buenos Aires se producen postales que alarman con respecto a los cuidados y protocolos frente al COVID-19 exigidos por las autoridades.

“Bienvenidos a la ciudad de San Francisco Solano” reza el cartel en la esquina de Donato Álvarez y avenida San Martín. De fondo, cientos de personas caminan de acá para allá entre el humo de las parrillas que a media mañana comenzaron a encenderse. “Acá vendemos lo quieras ¿qué buscas? Repuestos para autos, ropa, conejos, gallinas, patos, ¿qué querés? Lo tenemos”, dice a Infobae un puestero apostado en la famosa Feria de Solano ubicada en el partido de Quilmes.

La Feria abarca alrededor de 30 cuadras. Una vez adentro parece no terminar, siempre hay más allá. Y en todos los rincones hay gente aglomerada observando precios, paseando y comprando: un shopping a cielo abierto con presuntas irregularidades comerciales que permiten precios muy bajos para que la franja más pobre del país acceda a comprar a un costo acorde a sus posibilidades.

Acá parece no existir el miedo a contagiarse con el virus que acecha al mundo y al país desde hace más de un año. Del mismo modo, no parecen existir los controles ni regir las últimas medidas decretadas por el presidente Alberto Fernández que comenzaron la semana pasada.

Sin embargo, esta feria no es en el único lugar del conurbano donde este tipo escenas suceden. A varios kilómetros Solano, en el partido de La Matanza, el distrito más populoso del Gran Buenos, las postales son similares. En localidades como Villa CelinaGregoria de Laferrere Isidro Casanova, las ferias locales se expanden y juntan a gran cantidad de personas sin controles para que se cumplan los protocolos requeridos.

Todo esto ocurre en el marco de una escalada de casos que amenaza con el colapso del sistema de salud. Ayer, por ejemplo, los números que publicó el Ministerio de Salud de la Nación alarmaron a las autoridades. En 24 horas hubo 557 muertes por COVID-19, cifra récord desde que el coronavirus llegó al país. Mientras tanto, en las calles del conurbano, por momentos los controles se liberan y las personas se aglomeran en busca de buenos precios en medio de una delicada situación económica.

Cobayos, conejos, patos y gallinas en venta en la Feria de Solano (Fotos y video: Maximiliano Luna, Gustavo Gavotti, Lihue Althabe y Gastón Taylor)Cobayos, conejos, patos y gallinas en venta en la Feria de Solano (Fotos y video: Maximiliano Luna, Gustavo Gavotti, Lihue Althabe y Gastón Taylor)

La feria acá está dividida en dos. De la avenida San Martín para allá es una cosa y de San Martín para acá es otra. Nosotros manejamos este predio y esta es la verdadera Feria de Solano”, explica a Infobae Miguel, parado en medio de los puestos y de los cientos de compradores que van y vienen en busca de los mejores precios. “El virus, no sé, tenemos que trabajar y la verdad que no nos pueden clausurar, hay mucha gente que vive de esto. Sería muy difícil cerrarla”, agrega.

En Solano las ofertas abundan y la lista de productos que se comercializan es extensa. En el lugar se puede encontrar desde un pato por $1.200, una lechuza a $1.500,un pájaro Cardenal Norteño a $800, un horno a $7.000 y tres kilos de tomates a $100: las variedades de ofertas es amplia. Todo bajo nulas medidas sanitarias y de control.

Venta de cabezas de cerdo en la Feria de SolanoVenta de cabezas de cerdo en la Feria de Solano

La avenida San Martín separa a los puestos más elaborados de los puestos más precarios. De un lado, los feriantes ostentan puestos más grandes y de más estructura. En cambio, cruzando la avenida, las tiendas y los productos son más elementales. “El lado más ‘pobre’ es como el contorno de la feria que se creó a partir del éxito que tiene el lugar y creció. Los puesteros de este lado ofrecen cualquier cosa, hasta lo que les sobra en su casa, la idea es hacerse un mango, vender lo que sea. Y más ahora que la situación es cada día más difícil y el trabajo no sobra”, describió Roberto, un vecino y cliente histórico del lugar.

La Feria de Solano funciona todos los sábados de 8 a 15 desde hace al menos tres décadas. “Yo tengo mi puesto acá hace muchos años, ya voy a cumplir más de diez años. En principio vendí comida y después me pasé al rubro textil. Hay más plata”, cuenta Mary de 50 años. “Con el tema del coronavirus en principio nos daba un poco más de miedo, pero la verdad es que tenemos que salir a laburar. No puedo parar. Mantengo a una familia con este puesto. ¿Controles? Nada por acá. Nos manejamos entre nosotros”, agrega.

Feria de SolanoFeria de Solano

Así, mientras Mary continúa en su puesto ofreciendo jeans con la etiqueta de una conocida marca, pero visiblemente falsos, a $1.500, los cientos de clientes circulan de acá para allá, muchos sin barbijos y dialogando a pocos centímetros. Demostrando que la distancia social exigida, una de las principales medidas sanitarias para evitar el contagio, se hace difícil de cumplir más allá de que todo ocurra al aire libre.

En Gregorio de Laferrere funciona la Feria Eva Duarte sobre la Ruta 21 y la calle Del Tejar. Las escenas son similares. Un puesto al lado del otro y sus clientes amontonados comprando sin ningún tipo de control frente al virus.

Venta de animales en la Feria de SolanoVenta de animales en la Feria de Solano

Lo mismo ocurre en la plaza Atalaya en Isidro Casanova. Con mantas, la gente se acerca y ofrece productos a precios módicos para los vecinos de la zona. En la Feria de Villa Celina, igual. Las postales se repiten. Aglomeraciones sin controles y las personas en busca de buenos precios más allá del peligro a contagiarse.

Las actividades en las ferias son dinámicas. El movimiento incesante y las personas que asisten las recorren en busca de ofertas que abundan. Sin embargo, esa búsqueda de precios donde se juntan las necesidades de vender para generar dinero y la de comprar barato debido a la crítica situación económica, a la vista, resulta un caldo de cultivo frente a la segunda ola de COVID-19, que ya está acorralando al sistema de salud y alarma a las autoridades, que por estas horas, evalúan tomar nuevas medidas de control de circulación.

Infobae

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