Cayeron un 36% los trasplantes. En la actualidad son más de 7.100 las personas que están en lista de espera del Incucai. A nivel mundial hay menos ablaciones.

La pandemia impactó en la donación de órganos: cayeron un 36% los trasplantes. En la Argentina son alrededor de 7.100 personas las que necesitan un trasplante para salvar su vida, según se informa en el sitio oficial del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai).

También se revela que en lo que va del año, hubo 870 en el territorio nacional, y fueron 351 personas las que donaron sus órganos durante 2020.

Si bien con la Ley Nº 27.447, denominada Ley Justina –aprobada el 4 de julio de 2018–, se logró un importante incremento en cuanto a ablaciones y trasplantes en el país, ya que dispone que toda persona mayor de 18 años es donante de órganos o tejidos salvo que haya dejado constancia expresa de lo contrario, por la atención del coronavirus y la cuarentena se estima que estas intervenciones cayeron hasta un 60%.

Desde el Incucai explicaron que “en el contexto de la pandemia la cantidad de trasplantes bajó en todos los países del mundo”. Y aunque destacaron que en la Argentina la práctica “se pudo sostener”, referentes del organismo señalaron que “al principio, la escasa información acerca de las posibilidades de transmisión mediante el trasplante, junto a la posibilidad de agregar un nuevo factor de riesgo al receptor por la cirugía e inmunosupresión, generaron mucha prudencia”.

Como resultado, entre enero y agosto se hicieron 812 trasplantes de órganos. La mayor diferencia surgió al comparar esta cifra con el 2019, cuando hubo un récord. Ese año, en el mismo período, hubo 1.283 intervenciones, por lo tanto, se redujo un 36%.

Al cotejarlo con años anteriores a 2019, la diferencia es menor. Por ejemplo, entre enero y agosto de 2016 se hicieron 862 trasplantes y en ese período de 2014 se realizaron 867.

El doctor Alejandro Bertolotti, jefe del departamento de Trasplantes de la Fundación Favaloro, en Buenos Aires, agregó un dato más: “En época específica de pandemia fue cuando más cayeron los trasplantes: un 60%”.

 

EN ENTRE RÍOS

Sobre este tema, Pablo Sors, responsable de Comunicación y Educación del Centro Único Coordinador de Ablación e Implantes de Entre Ríos (Cucaier), explicó: “La pandemia tuvo impacto muy fuerte en lo que es la donación de órganos, no solo en Entre Ríos y la Argentina, sino en todo el mundo. Nos ha impuesto, como en todos los ámbitos de la salud y de nuestra vida cotidiana, una serie de cuidados y protocolos. Desde antes siempre explicamos lo difícil que es llegar a una posibilidad de acceder a un donante, por una cuestión de los tiempos y las urgencias médicas llevarlos a la concreción de la donación; y ahora además debemos cumplir con protocolos que son muy exigentes. En principio hay que constatar que la persona que puede ser un posible donante porque se le ha diagnosticado la muerte encefálica, hay que hacerle un análisis que corrobore que no tiene coronavirus, y todo a contrarreloj”.

En este marco, indicó que “a veces el equipo médico cuenta con pocas horas para concretar todos estos análisis y lamentablemente, por cuestiones de plazos y de logística, no se llega a término a realizar ese trasplante, porque hay tiempos que no se pueden prolongar”.

“Esta situación de la pandemia nos ha llevado a que potenciales donantes no lleguen a serlo. Es la realidad que nos ha tocado este año y hay que convivir con esta situación”, agregó.

 

A LA ESPERA

Mara Hollmann Grecco tiene 4 años y es oriunda de Paraná. Desde el 20 de diciembre está en lista de espera en Emergencia A Nacional del Incucai, a la espera de un trasplante cardíaco pediátrico.

Pasaron 11 meses desde que su familia se trasladó a Buenos Aires a la espera de un “ángel donante”. Sobre su estado de salud su papá, Gerardo Hollmann, informó que está estable. “Desde el vientre de su mamá ella está luchando por salir adelante. Pasó por tres cirugías a corazón abierto: la primera a los nueve días de vida, la segunda a los 10 meses y la última fue justo antes de cumplir sus 3 años”, recordó.

En el país son alrededor de 200 los chicos que, al igual que Mara, esperan un trasplante. Si bien la Ley Justina establece que todos los mayores de 18 años son donantes y llegado el momento los médicos pueden realizar la ablación sin que sea necesario un permiso de la familia –a menos que hayan expresado en vida lo contrario–, para el caso de los niños y jóvenes menores a esa edad sí se necesita la autorización de padres o tutores. (UNO)

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