La elección de Carbonell y Carlomagno se produjo en el acuerdo del martes 3 de diciembre de 2019, pero la asunción de las nuevas autoridades se postergó para el 1º de febrero. Ambos permanecerán en esos cargos hasta el 31 de diciembre de 2021. Pese a esta situación, Castrillón dejó la presidencia del Superior el último día del año pasado.
“A partir del 2 de febrero me veo igual que el 31 de diciembre de 2017”, dijo Castrillón ante la consulta de esta Agencia sobre cuál será su rol en el STJ cuando Carbonell ocupe la presidencia. El 31 de diciembre de 2017 había asumido por dos años la titularidad del Superior, luego de más de una década como vocal de la Sala Civil, una de las tres en las que se divide el cuerpo.
Asimismo, Castrillón expresó que seguirá formando parte del cuerpo “participando de las decisiones y fortaleciendo el fuero civil, que ya venía postergado”. En esta materia, una de sus preocupaciones fue impulsar el proceso oral, para dotarlo de una mayor dinámica, algo que ya ocurrió en el penal.
El recambio traerá aparejado un nuevo perfil en la conducción del máximo órgano judicial de la provincial.
Castrillón mantuvo una exposición alta y con definiciones fuertes y contundentes, como las que arrojó hacia fines del año pasado contra el Ministerio Público Fiscal y la ministra de Gobierno, Rosario Romero, con la intromisión del poder político en causas penales, principalmente vinculadas a la corrupción. Estas aseveraciones no fueron respondidas ni por el MPF ni por la cartera política.
Carbonell, en cambio, ha mantenido un perfil más bajo desde que llegó a ocupar un lugar en el STJ por impulso del gobernador Gustavo Bordet hace un año. Es un hombre con amplia trayectoria en el fuero penal y en desarrollo de la oralidad en los procedimientos judiciales. Por su experiencia y hasta su nominación al Superior, era nombre puesto para ocupar uno de los tres lugares de la Cámara de Casación Penal de Concordia. (APF)