Realizan nuevas excavaciones en Entre Ríos para tratar de aclarar la desaparición de la familia Gill

El Equipo Argentina de Antropología Forense llegó para colaborar en el trabajo junto a la Justicia y la Policía

Tras 17 años de investigación, se inició este martes un nuevo capítulo para saber qué fue del destino de los integrantes de la familia Gill, en el departamento Nogoyá. Con el dato aportado hace un tiempo se logró avanzar con la idea de confirmar o descartar la versión. Para afirmar el trabajo de excavaciones y exploraciones llegaron investigadores del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Tal como informó UNO el año pasado, al juzgado de Gustavo Acosta en Nogoyá, había llegado la información brindada por un contratista rural que indicaba que antes de la desaparición de la Familia Gill en la zona rural lindante entre los departamentos Nogoyá y Paraná, realizó una llamativa excavación en el hecho de un arroyo dentro del campo La Candelaria, perteneciente al ahora fallecido Alfonso Goette.

Este martes, tras esperar que las condiciones climáticas acompañaran, sumado al bajo nivel de agua del arroyo, es que el magistrado de Nogoyá coordinó con la Policía de Entre Ríos y la Dirección Provincial de Vialidad el reinicio de las excavaciones.

En la oportunidad llegó un arqueólogo especializado en la búsqueda de personas, y este miércoles llegará el segundo integrante del EAAF.

El equipo antropológico nacional tiene un gran reconocimiento en la Argentina como en el mundo porque realizó innumerables investigaciones y trabajos para la búsqueda de desparecidos de la dictadura militar en el país.

Sus exploraciones pudieron aclarar los asesinatos entre 1976 y 1982. Además, fueron convocados en los últimos tiempos para colaborar en la investigaciones por los crímenes de 43 estudiantes en México que fueron desaparecidos por los carteles narcos.

Expectativas limitadas

La primer jornada culminó en la tarde noche de este martes, y el juez de Garantías de Nogoyá Gustavo Acosta al hacer el balance a UNO, comentó: «La verdad es que estamos tratando de confirmar o bien descartar la información que tenemos en el expediente judicial. Somos expectantes y muy cautos, porque hemos realizado varios procedimientos con resultados negativos».

El juez recordó que previo a la llegada de los investigadores forenses de Rosario, se les entregó copias del expediente judicial que tiene como 16 cuerpos, fotografías de La Candelaria, relevamientos de planimetría y otros aportes para que se familiarizaran con la causa en trámite.

«Ahora tenemos el acompañamiento del EAAF para que nos asesore y nos indique de mejor manera cómo realizar el trabajo de campo. Este martes se realizaron varias excavaciones y zanjas en un radio de unos 10 metros por 30. El miércoles vamos a continuar hasta verificar que en ese lugar apuntado se encuentre algo de interés para la causa, o bien se disponga cerrar la hipótesis aportada».

Como se sabe y se informó hasta el cansancio los seis integrantes de la familia Gill, fueron vistos por última vez el 13 de enero de 2002. Fueron hasta un velorio y desde ese momento nunca más se supo de: Rubén «Mencho» Gill, de 55 años; su esposa Norma Margarita Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2.

En la sospecha de los familiares de los Gill, creen que el dueño del campo tuvo mucho que ver en la desaparición. Por eso es que se insiste en buscarlos muertos dentro del establecimiento rural ubicado en el norte del departamento Nogoyá.

El juez Acosta admitió ser cauteloso, pero más allá de todo van a ir hasta las últimas consecuencias para tratar de aclarar la desaparición. La causa está caratulada como Averiguación de paradero».

En junio 2016 el dueño de la estancia, de 70 años falleció en un accidente de tránsito, y con posterioridad se acercó la versión por parte del contratista rural que había efectuado dos excavaciones: una en el monte y otra en un arroyo.

Esto llevó a que en octubre de 2017 se realizaran allanamientos la estancia y el campo. Las excavaciones continuaron en febrero de 2018, y no hubo muchas novedades. Lo mismo ocurrió en diciembre de ese año.

En el expediente se encuentran cerca de 110 fotografías tomadas un por dron de la Policía de Entre Ríos que tuvo como objetivo ajustar al máximo las coordenadas aportadas por el contratista en los lugares que se debían inspeccionar.

El juez, junto a personal de Vialidad que trabajó con una retroexcavadora tipo oruga, investigadores de la División Homicidios y de la Dirección de Criminalística iniciaron el procedimiento que contó el aporte del destacado arqueólogo forense rosarino Juan Nobile.

Este miércoles seguirán las excavaciones en los lugares que restan inspeccionar. Allí se podrá saber si la información aportada puede establecer qué pasó con la familia Gill. (UNO)

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