La universidad entrerriana adhirió a la reivindicación de la diversidad cultural latinoamericana, en un foro paralelo al oficial.

Hoy culmina el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, que se realiza en Córdoba desde el miércoles y contó con una sesión inaugural en la que estuvieron presentes el rey de España, Felipe VI, junto a su esposa Letizia; el presidente argentino, Mauricio Macri; entre otras autoridades nacionales y provinciales, representantes de la Real Academia Española, referentes culturales de distintas instituciones del mundo y escritores como Mario Vargas Llosa y Carmen Riera.

Pero a la par del evento que reúne «a más de 200 escritores, académicos, expertos y profesionales de todo el mundo que debaten en torno al lema América y el futuro del español. Cultura y educación, tecnología y emprendimiento», también en la misma ciudad se llevó adelante desde el martes y hasta ayer el I Encuentro Internacional Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, «una iniciativa de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), a través de un grupo de estudiantes, egresadxs y docentes, con la intención de visibilizar problemáticas vinculadas a la lengua y a las políticas lingüísticas, y con la convicción de que el respeto a la variabilidad lingüística constituye un derecho humano inalienable».

En este marco, el Profesorado de Lengua y Literatura de la Facultad de Ciencias, Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) adhirió a este espacio, que propone «aportar al debate de la lengua desde una perspectiva latinoamericana, plural e inclusiva». Alfonsina Kohan, coordinadora de la carrera, es profesora en Lengua y Literatura, magíster en Teoría de Investigación Literaria y doctoranda en Letras, y contó a UNO: «Avalamos el I Encuentro Internacional Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos, que se manifiesta contra el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, que si bien no podemos negar que es un interesantísimo espacio de debate de la lengua en el mundo hispanohablante, no atiende a la diversidad lingüística que se presenta en nuestro continente».

En este sentido, expresó: «Si pensamos solamente en Latinoamérica, no podemos hablar de una sola lengua. El español es estándar solamente en la escritura, no así en la oralidad, que presenta diversas variaciones lingüísticas, que tienen que ver fundamentalmente entre otros aspectos con el lugar de adquisición de la lengua, que se llama dialecto, porque es el lugar donde uno adquiere su lengua madre. Dentro de nuestro país la oralidad de un cordobés no es la misma que la de un entrerriano, un bonaerense, un correntino, un salteño, o un patagónico».

A su vez, señaló: «En Argentina se hablan más de 15 lenguas indígenas diferentes, amén de todas las que luego de la conquista desaparecieron en los procesos de aculturación, La realidad es que tenemos ciudades que son plurilingües, como algunas en Misiones, donde la lengua materna no es el español o en todo caso no es solo el español, y definitivamente no es el español peninsular. Por eso cuando el Presidente (Macri) dice los que los argentinos no hablamos en argentino, tenemos una fuerte discusión para plantear». Sobre este punto, explicó: «Dentro de la Argentina casi todos somos hablantes del español rioplatense, y las variantes dialectales son muchísimas, además de que también hay otras variantes del lenguaje como las relacionadas con los ámbitos educativos, los contextos sociales, la edad de una persona. Todos esos factores hacen que no se pueda analizar homogéneamente el uso de la lengua oral».

En este marco, la especialista reflexionó: «Pretender homogeneizar la lengua en el territorio de Latinoamérica sería un factor tremendo de invisibilización, es quitar, despojar a los pueblos originarios de su cultura, de su faceta identitaria, cosa que se hizo durante muchos años. Por eso surgió este ámbito de debate más fuerte y más interesante, en simultáneo al congreso oficial y también en Córdoba, al que asistieron a presentar ponencias una profesora de la Uader de Lengua y Literatura, tres estudiantes y una graduada, y nos parece riquísimo».

La docente que estuvo presente es Verónica Pereyra, quien en diálogo con UNO sostuvo que fue una experiencia «muy movilizadora» y recordó que en el Congreso Internacional de la Lengua que se llevó adelante en 2004 en Rosario también se gestó un espacio similar «con intención de cuestionar las políticas lingüísticas de los Congresos de la Lengua Española, posicionándose desde un lugar de mucho respeto a la diversidad y a la autonomía de las comunidades».

«En un encuentro en Bariloche el año pasado supe que se había redactado un Manifiesto ante la realización del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española en Córdoba y decidí participar, y la carrera adhirió. Verdaderamente se vivió con mucha intensidad esta defensa de los derechos lingüísticos, palpando a cada minuto lo diverso. Las mesas temáticas y los paneles fueron muy plurales, para asegurar que hubiera diferentes miradas, abriendo los debates, incluso con marcos diferentes», destacó.

Consultada sobre los espacios de intercambio del Congreso oficial en los que puedan surgir posiciones antagónicas, analizó: «Cuando hay una voz disidente, como pasó con (Roberto) Fontanarrosa en Rosario, la Real Academia Española (RAE) tiene su política: hace una operación para asimilar esos discursos disidentes a su propia lógica y logra minimizarlos; tal vez se prenden de una frase y la resignifican para que termine siendo funcional».

Sobre los temas abordados en el «contracongreso», señaló que «hubo mucho debate y mesas temáticas sobre el lenguaje inclusivo», y subrayó: «Nosotros, desde nuestro lugar de especialistas, no podemos decidir qué va a pasar con esto, porque la lengua es del hablante, entonces a lo mejor el tiempo termina imponiéndolo. En este contexto descubrí que la cuestión del uso de la ‘e’ para borrar la marca del género no es de ahora. En realidad hace mucho tiempo ya se había propuesto en una ponencia en la misma España. Ahora se lo atribuye a una moda, incluso de manera descalificadora, pero es algo que viene de mucho más lejos en el tiempo y sostenido por otros colectivos».

Pereyra también hizo alusión a la educación cultural bilingüe, desatendida por las políticas actuales y que también formó parte del corolario abordado: «Si bien en Entre Ríos no tenemos la problemática de los pueblos originarios en la escuela, sí hay alumnos que provienen de comunidades donde hablan otra lengua, como en este momento que tenemos inmigración de gente que viene de China y sufre la misma marginación educativa que puede sufrir un wichi en alguna escuela de frontera, porque no hablan español y están obligados a familiarizarse con una lengua que no es la de ellos. Eso te genera un problema, porque no tenemos la formación para enseñar español como lengua extranjera», dijo, y agregó: «También hubo paneles muy interesantes sobre la educación de sordos, que tienen la lengua de señas».

Por último, concluyó: «Vengo muy enriquecida de este encuentro, con ganas de estudiar más sobre estos temas. Ahora mi labor como docente va a ser tratar de reelaborarlo para compartirlo con mis estudiantes en las prácticas, para que puedan incorporar estos saberes el día de mañana, cuando sean ellos profesores».

UNO

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