El debate oral será a puertas cerradas dado el tipo de delitos que se ventilarán y para proteger a las víctimas de los hechos.
Comenzará hoy en nuestra ciudad el juicio contra el conocido cura Marcelino Moya, conocido como “El cura payador”. El mismo está acusado de haber cometido delitos de abuso sexual en los años 90.
Las víctimas radicaron años después las correspondientes. Denuncias. El juicio debía comenzar ayer, pero por renuncia de su defensor, el conocido penalista local José Ostolaza, fue postergado su inicio para hoy. Durante los días que dure la audiencia, el Tribunal integrado por los jueces María Evangelina Bruzzo, Fabián López Moras y Melisa Ríos, escucharán a los testigos.
Sus nuevos defensores son los abogados Rubén Darío Germaniá y Néstor Paulete. La representante del Ministerio Público Fiscal será Nadia Benedetti, en tanto que las víctimas son representadas por los querellantes Juan Pablo Cosso y Florencio Montiel.
El cura Moya fue denunciado en junio de 2015 por dos jóvenes, el médico Pablo Huck, y E.F, un estudiante de Derecho y ambos relataron con la crudeza de pocos de qué modo fueron corrompidos por el servidor de Dios, en la casa de Dios, vale decir en dependencias de la propia iglesia.
Otros hechos
No es la primera vez que la justicia entrerriana condena a un cura por abuso sexual de menores. Baste recordar la condena al cura carismático Juan Diego Escobar Gaviaria, a 25 años de prisión por abusar de niños uy adolescentes de la comunidad que él presidía.
Se trataba al igual que Moya de un cura que atraía a a gran cantidad de feligreses y que gozaba de prestigio en su comunidad. Incluso iban personas de otras ciuda des para participar de las misas carismática que él celebraba.
Otra dura condena recibió el cura Justo José Ialarraz por sus
abusos a chicos del seminario de la Arquidiócesis de Paraná.
Cabe señalar que Ilarraz apeló la setencia y que se espera la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que tiene pendiente expedirse sobre la prescripción en la causa de los abusos del cura Justo José Ilarraz que fuera condenado. (La calle)
