Tras la entrega del primer grupo de 80 viviendas sociales del barrio San Isidro a los vecinos del asentamiento Tavella, las familias que aún permanecen en esos terrenos resisten el desalojo dispuesto por la Justicia tras conocerse que el predio había sido adquirido por privados.
Al respecto, se supo que el abogado de una de ellas presentó un amparo, para poner un freno provisorio a esa medida, recurso que fue aceptado por las autoridades judiciales.
Si bien esa acción les otorga cierta tranquilidad, sus integrantes esperan tener novedades y más certezas en el transcurso de estos días.
A su vez, se pudo saber que ésa es la única familia que posee los servicios esenciales, ya que las restantes no cuentan ni con agua ni con luz.
En el lugar no se había visto hasta ayer movimiento ni de máquinas ni de operarios que hagan presuponer una ocupación del terreno, por parte de los actuales dueños, o retiro de las casillas que aún quedan y en la que habitan personas.
En este sentido, circuló la versión que una de las familias estaría dispuesta a instalar una carpa en la plaza Ramírez en el caso de que sea sacado por la fuerza. (La calle)
