Juzgan al hombre que apuñaló a su ex suegra e hirió a su ex pareja

Un policía de la provincia de Río Negro, Cristian Antiqueo, es juzgado en Paraná por apuñalar a su ex suegra y herir a su ex pareja. En el juicio, la mujer contó el calvario que le tocó vivir.

Una mujer rememoró en un juicio el infierno que vivió como consecuencia del sometimiento por parte de su ex pareja, un policía de la provincia de Río Negro: Cristian Antiqueo de 35 años y acusado por los delitos de intento de homicidio y desobediencia judicial (tenía una restricción que no cumplió).

El debate que comenzó este viernes continuará la semana que viene, con la acusación del fiscal Leandro Dato y la defensa de Héctor Toloy. El Tribunal está integrado por Carolina Castagno, Alejandro Gippo y Gervasio Labriola.

En la primera audiencia, la mujer refirió dos episodios que parecían una película de terror: la huida en forma clandestina, junto a su hija de 2 años, desde General Roca hasta la ciudad de Viale; y el ataque en la vivienda de su mamá, donde Antiqueo saltó un portón, entró a la casa, forcejeó en la puerta y apuñaló a la madre de Carmen. «De acá nadie sale viva», les dijo. Pero pudieron escapar. Luego se atrincheró hasta que se entregó a la Policía.

 

Hostigada y aislada

La primera testigo fue Carmen, la docente de Viale que quiso llegar al juicio para ponerle un final a la historia con una condena. Según su relato, cuando estaban viviendo en el sur del país, comenzaron los hostigamientos. «¿Con quién te estás viendo?», era una insistencia frecuente de parte del hombre, convencido de tal situación: «Lo voy a traer a él y lo voy a cortar en pedacitos», le dijo una noche, mientras la amenazaba. «Yo seguí abrazada a mi hija y nunca le contesté», dijo la mujer, y recordó que Antiqueo le dijo que «no le importaba nada».

Acerca del aislamiento en el que vivía, contó: «Mi familia estaba en Entre Ríos, iba cada tanto, en vacaciones. Hubo un tiempo que estaba tan mal que solamente les mandaba mensajes y alguna foto de mi hija para que vieran cómo iba creciendo. Tenía compañeras pero prefería no salir, porque era un problema, que dónde vas a ir, con quién vas a salir».

Carmen declaró que cuando decidió escaparse, lo planeó en secreto. Le escribió a Sonia, su hermana, para que la fuera a buscar. «Quería que alguien de mi familia venga, porque si me iba a matar, que alguien lo sepa», dijo.

Sonia viajó con dos primos en una camioneta durante más de 1.300 kilómetros. «No dormí en toda la noche -recordó Carmen-, quería que se haga de día rápido». Durante la noche y la madrugada, su entonces pareja la seguía hostigando verbal y físicamente.

Esa mañana llegó Mariela, una compañera de su trabajo. Antiqueo se fue de la casa y aprovecharon para cambiar a la nena de 2 años y aprontar los bolsos. Se tomaron un remís a la casa de Mariela, y llamaron a la Policía, para denunciar tal situación.

 

«Me había amenazado de muerte»

En ese momento de la declaración, Sonia se quebró, tomó agua y comió un caramelo que le dio la secretaria del Tribunal. Así pudo seguir: «Llega mi hermana y me dice ‘Carmen, acá estoy’. Fuimos a la comisaría de la Familia a hacer una exposición que me iba del domicilio, porque no aguantaba más y me había amenazado de muerte. Nos subimos a la camioneta y nos bajamos en Viale. Cuando llegué a la casa de mi mamá me sentí libre, en paz, tranquila».

En mayo de 2016, Antiqueo decidió irse a vivir a Paraná, para poder tener contacto con su hija. La Justicia estableció un régimen de visitas. Un día, luego de dos semanas de no buscar a su hija, el hombre llegó a la casa en la ciudad de Viale. Carmen le preparó una mochila a su hija con alimentos, mudas de ropa y un abrigo. El hombre, según describió la mujer ayer en el juicio, estaba alterado. La apuró porque la niña estaba en el baño. Luego agarró la mochila y se quejó por tener tantas cosas adentro, por lo que la abrió y comenzó a tirarlas.

«La nena se puso a llorar, no se la iba a dar así. Que me disculpe la jueza, pero no se la iba a dar en esas condiciones. Me estiraba los brazos, se la saco y agarro la mochila. Cuando se va dijo ‘me la vas apagar hija de puta'».

Los meses siguientes continuaron los pleitos judiciales por las visitas y las intimidaciones. «Fui al Juzgado de Paz de Viale, que no me quería tomar la denuncia. Le dije al juez que el señor Antiqueo me estaba amenazando que me iba a matar, yo ya estoy hecha pelota, pero no quiero que le pase lo mismo a mi hija. Entonces me toma la denuncia y puso la perimetral a 200 metros», recordó Carmen.

El 15 de noviembre de 2016, la mujer estaba con su hija y Olga, su madre, tomando mate en el patio de la casa. En un momento, Olga le gritó «¡Carmen!». Cuando se dio vuelta, lo vio a Antiqueo saltando el portón.

 

Atrincherado

A los dramáticos minutos que siguieron, con la voz entrecortada, Carmen los contó así: «Agarro la nena para entrar y él ya estaba adentro, forcejeo en la puerta, mi mamá quería entrar y él quería cerrarla. Me pegaba y le tiraba patadas. Corro hacia la puerta del frente y él ya estaba al lado mío, agarró la llave y se la guardó en el bolsillo. La nena estaba llorando. Mi mamá aparece con un rebenque, que era de mi viejo, y empieza a pegarle. Después le pega él. Él sacó un cuchillo y apuñala a mi mamá en el pecho. Pensé que nos íbamos a morir. Dice ‘De acá nadie sale viva’. Mi mamá, apuñalada, sigue forcejeando y él se cae. Agarré mi juego de llaves y abrí la puerta. Vi a los vecinos que estaban en el portón. Mi mamá dice ‘¡Carmen corré!’, y no hizo 10 metros que se desvaneció».

Luego llegó una ambulancia, asistieron a las víctimas, y tras negociar con Antiqueo, lograron que saliera de la casa y se entregara.

 

Familiares y profesionales

Luego declaró en el juicio Sonia, quien contó el día del rescate de su hermana, y a continuación fue el turno de Olga, víctima en la causa, quien relató aquel episodio en su vivienda, cuando fue apuñalada. Ambas coincidieron en lo sustancial con lo que había declarado Carmen.

El juicio continuará el lunes y se extenderá hasta el jueves. Se escucharán numerosos testimonios, como los policías que participaron del procedimiento aquel 15 de noviembre, psicólogas que intervinieron en la asistencia y tratamiento de la víctima, psiquiatras que efectuaron pericias, así como testigos de los hechos que sin investigados.

Cuando la causa fue remitida a juicio, la Fiscalía sostuvo que iba a pedir 13 años de prisión efectiva, por los delitos de Homicidio en grado de tentativa, Desobediencia judicial, Violación de domicilio y Amenazas calificadas, publicó Uno.

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