Se desarrolló este viernes la última jornada del juicio contra Alberto Perdomo, acusado de asesinar a su tío y un amigo de este, al incendiar la habitación donde se encontraban en la mañana del 15 de junio de 2014.

Si bien se presentó un solo testigo, el comisario Héctor Jacquet (jefe de la División Criminalística de la Departamental Uruguay), la jornada fue muy extensa y culminó cerca de las 13 horas, ya que el licenciado en Criminalística fue blanco de numerosas preguntas sobre su experiencia, antecedentes y sobre todo, sobre su intervención tras el trágico suceso que le costara la vida a Julio Perdomo (66) y Cristian Taborda (35), que fallecieron a raíz de las severas quemaduras sufridas.

El oficial policial, con 17 años de antigüedad en la fuerza y una importante carrera en la Criminalística, con numerosos cursos y títulos que abalan su forma de trabajo, reconocida por sus superiores, contestó cada una de las preguntas por parte del fiscal interviniente, doctor Fernando Martínez Uncal, incluso señalando sobre croquis practicados tras el incendio, material fotográfico del escenario del hecho y reconstrucciones de la cadena de supuestos hechos que llevaron al desenlace fatal del cual se imputa a Alberto Perdomo.

Firmeza en los dichos

A diferencia de lo sucedido la jornada anterior en oportunidad de ser entrevistado el oficial Benedetto, el comisario Jacquet fue contundente en sus apreciaciones y sobre todo al detallar su trabajo, llegando a conclusiones muy precisas, respecto a cómo y qué sucedió esa mañana.

Jacquet confirmó que de acuerdo a los indicios levantados y la inspección del lugar, sumado a las reconstrucciones posteriores, con el imputado y de acuerdo a los dichos de la víctima Julio Perdono, se confirma a su criterio criminalístico, que el siniestro no se condice con los declarado por el acusado y solo se pudo registrar de acuerdo a lo que contó la víctima Perdomo antes de morir en el hospital Urquiza.

El testigo contó que en el lugar se hallaron elementos que dan firmeza a que el foco ígneo inicial o punto de inicio del fuego, estuvo en el centro de la habitación y no a un lado como señaló el acusado, basando esto en restos de mampostería que cayó por efecto del calor, quemaduras en una pata de una mesa (la misma también presentaba manchas de ignición en la parte superior), quemaduras en el extremo cercano de la cama a ese punto, chamuscamiento en ropas cercanas y efectos del calor sobre un cuadro.

También explicó que al ingreso detectó que frente a la puerta de acceso había material quemado y un encendedor afectado por el calor, los que estaban extrañamente separados del material removido de la habitación, lo que hizo sospechar que eso no formaba parte del siniestro en sí.

Como teoría firme de Jacquet, el imputado Alberto Perdomo miente en sus dichos y fue quien atacó a Taborda arrojando algún líquido inflamable en la humanidad de la víctima, lo que queda demostrado en las quemaduras sufridas desde el cuello para abajo, recibiendo la agresión a esa altura, resaltando la existencia de gotas de combustible en combustión sobre la mesa que estaba justo frente al hombre fallecido.

 

Defensa y perito de parte

El relato fue muy concreto y esto comprometía seriamente al acusado del doble crimen, por lo que la Defensa no se hizo esperar y trató de desvirtuar los dichos, inicialmente cuestionando la función específica del Licenciado, que respondió rotundamente a las preguntas, señalando que él y su personal a cargo trabajó en su función de criminalistas en la primera intervención, inspeccionando en espiral (como lo exige el protocolo) el lugar y sumando sus conclusiones a las pericias del perito en siniestros, sumando luego los dichos de los protagonistas, que llevaron a descartar algunas posibilidades, recalcando que no hubo un brasero o fuego en el lugar que mencionó el imputado, destacando que no existen signos de calentamiento o ahumamiento en paredes, sino que el punto del inicio está casi en el centro del ambiente peritado.

El doctor José Pedro Peluffo (defensor de Perdomo), dio luego lugar al perito de parte, el ingeniero Jorge Bonnet, quien acometió con una serie de preguntas intentando desmerecer lo actuado y demostrar que se cometieron errores y olvidos durante las pericias.

La testimonial se vio algo tensionada, ya que el testigo (por momentos) intentaba contestar, pero el perito de parte lo interrumpía, llegando por momentos a alegar demasiado, lo que causó la reacción de la Fiscalía y finalmente el llamado de atención del Tribunal para que sea más concreto y deje eso para la etapa de alegatos.

Bonnet cuestionó el hecho de no haberse tomado placas fotográficas en el cielorraso, o constatar el derrame de combustible en el piso, incluso la falta de remoción en el interior del ambiente, pero jacquet se mantuvo firme y destacó que su trabajo criminalístico se hizo completo y que en caso de reclamos por esos casos, debería preguntarse al perito.

Por un momento el ingeniero Bonnet intentó explicar la forma de trabajo y la terminología a emplear, lo que fue en un tono de docente, pero el testigo reaccionó señalando que “No vine a recibir cales. Vine a responder preguntas al Tribunal”, lo que volvió a hacer reaccionar al fiscal y reclamar ante las autoridades.

El juicio llegó a su fin y ahora restan los alegatos de cierre que serán el lunes a partir de las 9 horas, los que prometen ser extensos, fuertes y muy contradictorios, por lo que el Tribunal integrado por los doctores Alberto Seró, Rubén Chaia y Mariela Rojas de Di Pretoro, tendrán una ardua labor para analizar lo sucedido en la Sala y dictar sentencia.

Fuente: 03442

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