Ingresó al departamento de la mujer por una pequeña ventana, la abusó y le robó. Trascendieron escabrosos detalles sobre cómo sometió a la víctima. Ya se le había atribuido la violación de una joven de 16 años.
Gustavo Darío Torres, de 45 años, aceptó en un juicio abreviado cumplir 11 años de prisión por la violación a la que sometió a una mujer en un hecho ocurrido el 28 de enero. El mismo ingresó al departamento de la mujer, ubicado en un segundo piso, por una pequeña ventana, la abusó y le robó.
Torres dio su conformidad a resolver en un juicio abreviado la imputación que recayó sobre su persona por los delitos de Violación de domicilio, Abuso sexual con acceso carnal y Robo, en concurso real y en calidad de autor material. Así, aceptó cumplir 11 años de prisión, dando su consentimiento al acuerdo alcanzado entre la fiscal de la Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual, y los defensores públicos, Jorge Sueldo y Jorge Balbuena. El juez del Tribunal de Juicio, Rafael Cotorruelo, evaluó el acuerdo y tras un breve cuarto intermedio, dictó sentencia homologando el acta. A las 18.20, Torres regresó al penal, donde estaba alojado con prisión preventiva, pero ya en condición de condenado.
Segú precisaron fuente judiciales, Torres atravesó por un proceso similar hace muchos años. Se le atribuyó violar a una joven de 16 años en un hecho que tuvo aberrante similitudes con el ocurrido en enero de este año. De aquel proceso, Torres fue declarado inocente por inimputabilidad, pero estuvo 15 años alojado en la Unidad Penal Nº1 de Paraná, adonde regresó con una condena, hasta que se demostró que se «había curado» de la patología que permitió declararlo inimputable.
Las mismas fuentes revelaron que entre las similitudes entre ambos hechos se encontró que ingresó a la vivienda de la joven por un pequeño ventiluz, que la abusó tras maniatarla, que la llevó al baño y la lavó y que se fue del lugar tras «robarse» un elemento, del que los pesquisas suponen que se trata de un «fetiche» que se lleva de sus víctimas.
El hecho que Torres reconoció cometer consistió en que «el 28 de enero de 2017, siendo alrededor de las 5, la víctima, de 34 años, se encontraba durmiendo en su departamento en el 2º A, cuando se despierta porque siente un ruido, abre los ojos, y ve a un masculino desconocido que estaba en su cama de dos plazas, comienza a gritar y querer levantarse para salir de ahí, no pudiendo ver su rostro porque estaba oscuro».
Según la acusación, Torres «la ahorca, diciéndole que se quedara quieta y dejara de gritar, apretándola tan fuerte que la asfixió, por lo cual dejó de gritar. Le pidió que por favor no le hiciera nada, éste y le dijo que se diera vuelta, que le iba a atar las manos nada más, forcejean un rato porque la mujer no quería darse vuelta y la amenazó con que la iba a apuñalar si no se daba vuelta, sin poder ver si tenía algún cuchillo».
Con la víctima reducida y «boca abajo en la cama, le ató las manos con un pantalón piyama, le puso un trapo en la boca tipo repasador de su cocina y le colocó una funda de almohada en cabeza tipo capucha; después le empezó a bajar el pantalón, mientras ella seguía pidiéndole que no le hiciera nada. Entonces comenzó a penetrarla y siguió violándola, pidiéndole que lo besara», publica El Diario.
Luego de abusar de la mujer, Torres «la hizo levantar, la llevó al baño, la sentó en bidet, la lavó él, mientras la víctima seguía con las manos atadas, la llevó otra vez a la habitación, la empujó en la cama boca abajo, le ató los pies con una bombacha, le dijo que no grite, que iba a ver qué se llevaba y se iba».
Cuando la mujer logró liberarse de las ataduras, advirtió que le faltaba su celular Samsung, mil pesos y la tarjeta de débito, de la cual Torres le solicitó la clave, y dos relojes pulsera. (El Diario)