«No hay dolor que valga como para decir esta barbaridad; Lo que pasa es que están usando la muerte de Micaela, con fines políticos», disparó el intendente de Gualeguay, Federico Bogdan, quien además aseguró que nunca le dijo a «Yuyo» García que se había cerrado la sección de monitoreo de la comuna.

El intendente de Gualeguay, Federico Bogdan, realizó reveladores declaraciones en exclusiva a Radio La Voz, desmintiendo dichos del padre de Micaela García, en los que había manifestado que «las cámaras de Gualeguay estaban cerradas para ahorrar unos cuantos sueldos», según se expresó en el programa de Mirtha Legrand.

«Sale con esa barbaridad el padre de Micaela, diciendo que habíamos cerrado el sistema de cámaras de seguridad, por ahorrarnos tres sueldos. Pero nos hace responsable a nosotros, como que el hecho fue culpa de la municipalidad. Los responsables son los que dejaron a un animal suelto, no nosotros», comenzó remarcando el jefe comunal.

«Tenemos cuatro cámaras que funcionan, y cuatro están rotas», reconoció Bogdan. «Pero no hay dolor que valga como para decir esta barbaridad. Lo que pasa es que están usando la muerte de Micaela, con fines políticos», disparó.

«Alguien le pagó al padre de Micaela… o le pagaron, o le dijeron que dijera eso. Yo eso jamás le dije eso», agregó Bogdan. «Acá no nos cubrimos nada, pero jamás cerramos el sistema de cámaras. Nunca cerramos la sala de monitoreo, y menos por ahorrarnos unos sueldos», reiteró.

«Eso lo usaron políticamente. Eso es así», puntualizó.

«No tengo ninguna duda que alguien le pagó. De otra forma, no me cabe pensamiento alguno del por qué tergiversar lo que yo le dije. Y en Gualeguay todos saben perfectamente que no es así lo que dijo Yuyo García», reiteró el jefe comunal.

Luego, el intendente reclamó por el accionar de la Justicia: «A un león no lo podés largar en la ciudad. Lamentablemente, hay personas que son enfermas, y tienen que estar en lugares adaptados para ellos. Espero que cuando venga García acá a Gualeguay, vaya a la radio y pida perdón».

«El intendente cerró las cámaras… es una barbaridad lo que dijo ese señor. Cómo va a decir eso? O alguien le dijo que dijera eso, o le pagaron. Alguien le dijo… si no, por qué inventar una cosa así? Y mientras, los enfermos siguen sueltos», se indicó. «Jamás desde el 10 de diciembre, hasta el día de hoy, se cerró el monitoreo ni media hora».

Finalmente, Bogdan puntualizó: «Con la filmación de las cámaras, quizá hubiéramos podido dar una mano a la policía para encontrarla antes, pero no para evitar el asesinato que que cometió esta persona, este león que fue dejado en libertad», sentenció. (La Voz)

 

Qué contaron las víctimas: Los testimonios que dispararon investigación por abuso contra el cura Juan Diego

El sacerdote, con cuatro denuncias por abusos, está alojado en la cárcel de Victoria, donde cumple prisión preventiva. La primera víctima que se animó a contar. Así empezó la investigación del caso que está a punto de ir a juicio oral.

-Seño, ¿mi mamá habló con vos?

-Sí, habló conmigo.

-Bueno, yo te quiero contar algo.

El aula estaba vacía, todos los chicos de sexto grado, en clase de educación física. Araceli Viviana Varliero, maestra de sexto en el Colegio Castro Barros San José, de Lucas González, fue por su portafolio y antes de entrar al aula, se encontró con Renzo, uno de sus alumnos.

 

Renzo fue para contarle algo.

«Entonces, arrimé la puerta del aula y me dispuse a escucharlo, y me dijo: `Te quiero contar lo que hacia el padre Juan Diego conmigo. Èl me llamaba y me llevaba a su habitación, cerraba la puerta, me hacía acostar en la cama y me manoseaba´. Me lo contó haciéndome un gesto bien explícito, con la mano en su cuerpito, hacia la zona de los genitales, o partes íntimas, para que yo me diera cuenta sin tener que decírmelo él, ya que el niño se mostraba avergonzado de lo que me estaba contando. Me siguió contando que `después que me tocaba, me hacía salir y me hacía llamarlo a J y cuando J entraba, cerraba la puerta y …´.»

Silvia Muñoz, la mamá de Renzo, se había enterado de todo lo que había pasado su hijo, monaguillo de la Parroquia San Lucas Evangelista desde mediados de 2015 hasta febrero de 2016, el lunes 24.

Fue la noche del lunes 24 de marzo, después de la cena: fue entonces cuando Renzo le contó todo a su mamá. Que el cura, «cuando se quedaba a dormir junto a otros chicos en la parroquia, a cierta hora de la noche, cuando ya todos dormían, lo llamaba y lo llevaba al dormitorio donde dormía él, cerraba la puerta del dormitorio y lo hacía acostarse en la cama de él, y el cura se acostaba a su lado y le tocaba sus partes íntimas. Renzo lo menciona como las bolitas y el pitito, metiéndole la mano y tocándolo por debajo de las ropas, en ese momento me shokeé y lo abracé y no supe qué hacer…».

Eso contó Silvia en los Tribunales de Nogoyá, y ese fue el principio de todo: la investigación judicial que llevaron adelante, desde finales de octubre los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina, y que concluyó este miércoles con la remisión del presente del expediente de la causa Escobar Gaviria al juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, para que éste ordene la elevación a juicio oral, publicó El Diario.

 

El inicio

El caso, la causa judicial contra Escobar Gaviria, cobró forma tras la presentación de dos monjas de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, que dirigen el Colegio Castro Barros San José, ante el defensor oficial de Nogoyá, Oscar Rossi. Tras esa presentación, el arzobispo de Paraná, Juan Puiggari, dispuso, el lunes 31 de octubre, que Escobar Gaviria abandonase Lucas González, buscase refugio en una casa religiosa y no oficiara misas en público mientras la Justicia esté actuando.

El primer caso que presentaron las monjas ante la Justicia, entonces, fue el de Renzo. Y lo que contó Renzo en cámara Gesell, según la perito Diana Bonzi, presenta un relato fluido, con giros de veracidad, y que concluye con que «no aparecen indicadores de fabulación, sobredimensión o de estar influenciado por terceros». Y que el niño «da cuenta de haber vivenciado situaciones psicotraumatizantes sexualizadas impuestas por un tercero, al que no pudo manifestarle su negativa en virtud de su preeminencia física, y fundamentalmente del amedrentamiento e importante temerosidad generados por el mismo, al ser una figura pública de su comunidad de residencia».

 

Preventiva

Escobar Gaviria no transita en libertad estos últimos días. El 21 de este mes el juez Acosta le dictó la prisión preventiva por 20 días y lo mandó a la Unidad Penal Nº 5 de Victoria. La defensa del cura, los abogados Milton Urrutia y Juan Pablo Temón, apelaron, pero el domingo 23, el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú, con la firma del vocal Arturo Exequiel Dumón, confirmó la medida.

 

Testimonios

Escobar Gaviria tiene cuatro denuncias por abusos a menores. Una es la de A.N.E. Ahora tiene 18 años. Pero los abusos empezaron cuando tenía 11.

«No recuerdo a qué edad más o menos comenzó todo. Puede haber sido cuando tenía entre once o doce años. Venía viajando de Paraná con el cura Juan Diego, a donde había ido a una misa, viajaba en el auto particular de él, que al día de hoy lo tiene, también venían otros chicos (?). Yo iba sentado en el asiento del acompañante y en un momento siento que él comenzó a tocarme y yo me hice como si seguía durmiendo. Lo que me tocaba eran los huevos y el pincho, mientras él manejaba, eso duraba un rato porque más o menos desde Paraná a Crespo iban todos despiertos y donde él veía que se dormían, aprovechaba. A esto me lo hizo en muchas oportunidades, porque casi todos los lunes viajábamos a Paraná, así que fácilmente me tocó en más de treinta viajes, porque fue mientras estuve de monaguillo desde los once a los quince años», relató.

S.Y.F.F. también de 18 conoció al cura Escobar Gaviria en 2014. Estuvo internado por un problema de adicciones, y el sacerdote fue a visitarlo. Encontró el modo de llevarlo a su rebaño, y lo logró.

Ocurrió un día, en la casa parroquial, adonde fue SYFF, invitado por el cura. Lo invitó a su pieza. «En esa piecita tenía compus, tablets, cuadros (?) Él estaba en un sillón re cómodo, y me dice: `Sentate´. Y golpea con la mano el asiento y entonces yo vengo, me paro y me siento en el apoyabrazos del sillón, con confianza porque creo que le tenía más cariño a él que a mi vieja. Y él me abraza y me empieza a explicar de las oraciones y qué sé yo qué más, y luego empezó a bajar la mano y se detuvo cuando llegó a mi panza y siempre con un dedito, que lo movía y se hacía el boludo».

La mano del cura recorriendo el cuerpo del chico tenía un destino claro. SYFF intuyó la intención de Escobar Gaviria, entendió cuál era su intención, y no quiso saber más nada con el cura.

«Me acuerdo que, antes de irme de la habitación, me dijo: ´Esa foto que subiste a tu Facebook está muy bonita´. Y cuando le pregunté cuál, me dijo: ´La que estás de calzoncillo´. Y recuerdo que yo había subido una foto mía en bóxer».

 

Los delitos

En el pedido de remisión a juicio oral de la causa, los fiscales Uriburu y Molina señalan que los hechos endilgados a Escobar Gaviria encuadran en los delitos de corrupción de menores agravada por la condición de ser cometida por la condición de guardador (tres hechos) y abuso sexual simple, agravado por ser cometido por un ministro de culto».

Y que conforme la investigación penal preparatoria, «existen elementos suficientes para sostener que los hechos enrostrados al imputado, tuvieron lugar en las circunstancias de tiempo, modo y lugar consignadas en las diversas imputaciones y que la autoría material y responsable del mismo se corresponde con el accionar del incurso Escobar Gaviria».

Y por eso entendieron que la sanción a imponerse, «debe ubicarse próxima a la sanción media prevista en tipo penal; en consecuencia» la pena que aparece como «justa y posible», es la de 25 años de prisión.

 

Lo que viene

El abogado Urrutia, que integra la defensa del cura, hizo saber que no presentará ningún recurso en esta instancia, y que dejará que la causa sea elevada a juicio por el juez de Garantías de Nogoyá.

El magistrado puede seguir tres caminos posibles: pedir que continúe la investigación penal preparatoria; elevar a juicio las actuaciones; o bien dictar el sobreseimiento, pero esto en el caso de que la defensa lo pida. Pero si no hay ninguna presentación, no hay posibilidades de apelar la remisión a juicio.

Pero para que el magistrado dicte el sobreseimiento debe existir «certeza absoluta», dijo un miembro de la Justicia, de que Escobar Gaviria no cometió el delito, hecho que estaría descartado por cuanto el juez Dumón, del Tribunal de Gualeguaychú, confirmó la prisión preventiva que dictó Acosta, y para eso hay que acreditar que el imputado «tiene alta probabilidad de vinculación con la autoría del hecho que se le imputa», añadió la fuente.

El debate de la causa Escobar Gaviria se llevaría adelante en el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay. (El Once)

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