El sacerdote, enrolado en la Cruzada del Espíritu Santo -que dirige el cura sanador Ignacio Peries, en Rosario-, estuvo destinado a la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, en el departamento Nogoyá, entre 2005 y 2016. Ese año fue separado por disposición del arzobispo Juan Alberto Puiggari cuando se conoció la primera denuncia en su contra.
Escobar Gaviria fue llevado a juicio en 2017 por cuatro hechos: tres de corrupción de menores agravada y uno por abuso sexual simple agravado. La investigación penal se abrió a finales de octubre de 2016, tras una presentación espontánea de las monjas de la congregación Hermanas Terciarias Misioneras Franciscanas, que dirigen el Colegio Castro Barros San José, de Lucas González.
Hasta el momento de la denuncia penal, Escobar Gaviria cumplió el rol de párroco de San Lucas Evangelista, adonde había llegado en 2005, como parte de la Cruzada del Espíritu Santo, la orden religiosa que preside el cura Ignacio Peries, de Rosario. Pero no bien las monjas se presentaron ante el defensor oficial Oscar Rossi, y dieron cuenta del caso de un nene de 11 años que dijo haber sido abusado por el cura, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, ordenó su separación de la función de párroco y le impuso la obligación de buscar refugio en una casa religiosa.
La condena a 25 años de cárcel a Escobar Gaviria -que cumple prisión preventiva en la Unidad Penal de Victoria desde abril de 2017- dictada por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay fue confirmada por la Cámara de Casación Penal. Aunque la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) tuvo una mirada distinta y revocó parcialmente el fallo.
Concluyó que la cuarta víctima de Escobar Gaviria no testimonió en el juicio, y por eso hizo lugar parcialmente a la impugnación extraordinaria de los defensores Milton Urrutia y María Alejandra Pérez; revocó «parcialmente» la sentencia de Casación y la sentencia del Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay. Se redujo de 25 a 23 años la condena.
Más tarde, en noviembre de 2020, el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay volvió a juzgar a Escobar Gaviria por un quinto caso, y entonces le aplicaron 11 años de cárcel.
En marzo de 2023, la Cámara de Casación Penal de Concordia confirmó esa segunda condena al sacerdote Escobar Gaviria.
Ese año la Iglesia de Paraná anunció que concluyó el proceso canónico seguido en contra del otrora máximo referente de la Cruzada del Espíritu Santo en Entre Ríos, la orden religiosa del sacerdote Ignacio Peries, y que se le aplicó una sanción: «la prohibición total en el ejercicio del ministerio público de la orden sacerdotal».
De todos modos, es una sanción simbólica y no modifica en mucho lo que ocurría hasta ahora: Escobar Gaviría tenía desde 2016, cuando se abrió la causa penal, la prohibición de oficiar misas en público. El Vaticano evitó acudir a la sanción más severa: la reducción al estado laical, lo que supondría expulsarlo de las filas de la Iglesia.
En una notificación que firmó el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, remitida a las familias de las víctimas se señala que “se ha acreditado con la certeza suficiente la comisión del delito de abuso de un menor de edad en la persona” de RDR, uno de los denunciantes del sacerdote.
EL FALLO QUE ENVÍA A UN CURA 28 AÑOS A LA CÁRCEL

Entre Ríos Ahora