El enfermero vendía el fentanilo por Telegram y su hermano militar guardaba la sustancia en su casa. El opioide más peligroso y adictivo circula, bajo un estricto protocolo, en centros de salud. La sustancia mata a 1500 personas por semana en EE.UU.
El robo de ampollas de fentanilo en el hospital de Concepción del Uruguay fue noticia a nivel nacional y generó una gran preocupación. Las miles de muertes en Estados Unidos a causa de esta droga, encendieron las alarmas ahora en la Argentina, que abrió el debate sobre una problemática que podría crecer en los próximos años. Si bien, se trata de casos aislados en nuestro país, la Justicia puso la mira en los últimos hechos y busca que el consumo no se expanda.
En la Argentina, el consumo de fentanilo está controlado por el sistema de salud. Solo se distribuye a hospitales y sanatorios donde hay salas de internación, bajo un estricto protocolo de comercialización. Las empresas y organismos del Estado, deben pasar distintos filtros y llenar decenas de formularios y declaraciones juradas para poder acceder a esta sustancia.
Sin embargo, en lo que va del 2025 se detectaron al menos tres robos de ampollas en el país, y da la causalidad, que en todos los casos fueron protagonizados por enfermeros, personas que firman un código de ética profesional y que deberían estar abocados al bienestar de los pacientes.
Detenidos en Concepción del Uruguay
El último caso ocurrió en Concepción del Uruguay, y, por ahora, es el más grave. En esa localidad, un enfermero del hospital Justo José de Urquiza creó un canal de Telegram donde comercializaba ampollas de fentanilo a 35 mil pesos cada una. Lo hacía sin esconderse, en un grupo abierto con decena de suscriptores.
El hombre fue detenido a mediados de marzo, tras una investigación realizada por la titular de la Fiscalía Federal de la localidad entrerriana, Josefina Minatta, y que contó con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a cargo de Diego Iglesias.
Según consta en el expediente, el enfermero hurtaba las ampollas de la farmacia del hospital público gracias al acceso que tenía por ser personal de salud. Luego, con la ayuda de su hermano, un militar de bajo rango de la misma ciudad, las acopiaba en un “aguantadero” del barrio La Higuera.
Vendido por Telegram
“Tengo fentanilo inyectable, 35 mil pesos cada ampolla. Consultas por privado”, era el mensaje que enviaba con frecuencia al grupo de Telegram que administraba, con un nombre ficticio para evitar ser descubierto. Pero el enfermero dejó muchos cabos sueltos y fue rápidamente descubierto por la Justicia.
“La Policía Federal lo detectó porque lo vendía abiertamente. El hombre actuaba solo al momento del hurto, pero era acompañado por su hermano que lo ayudaba a guarda las ampollas”, contó la fiscal Minatta en diálogo con TN, sobre el modus operandi del imputado.
“Se lo vendía a cualquier persona que se le pedía. Sospechamos que son consumidores, pero estamos investigando si alguna de las personas que compró el fentanilo, es un revendedor”, agregó.
Simularon una compra
Para atraparlo, desde la fiscalía montaron un operativo encubierto y simularon una compra. El agente que se hizo pasar por cliente le mandó un mensaje por Telegram y coordinó un punto de encuentro. Hasta ese lugar llegó el enfermero, que le entregó la droga y junto a ella una pequeña instrucción de como consumirla. “Pedimos cuatro ampollas y nos dio dos, después nos dijo que nos regalaba las otras dos porque no había conseguido a tiempo”, detalló la fiscal.
De acuerdo con lo solicitado por la fiscalía, el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, a cargo de la jueza Analía Graciela Ramponi, dispuso la detención de ambos investigados y el allanamiento de sus domicilios, como así también del hospital para determinar “la cadena de distribución de la que era parte la droga y detectar la instancia en la que se producía la sustracción y el desvío por parte de los acusados”, detallaron el pedido de arresto.
El celular del enfermero y el de su hermano quedaron secuestrados en la sede fiscal y serán peritados en los próximos días por el sistema de la Policía Federal para la apertura de dispositivos. Buscan establecer cuál era su red de distribución, hacia dónde fue la droga, quiénes son los clientes y conocer si tenía revendedores.
Frenar la distribución
Según pudo saber TN, la ambulancia envió una encomienda de fentanilo a otra ciudad. “Buscamos saber si el ambulanciero estaba al tanto de lo que estaba trasladando y, en ese caso, podría ser un cómplice”, explicó la fiscal. Además, fuentes del caso señalaron que en el hospital trabajaba también su pareja, que está siendo investigada.
“Por suerte, lo pudimos detectar a tiempo para que esto no crezca. Sabemos que el fentanilo es muy peligroso y, generalmente, dejamos que la red siga más a fondo para tener más información sobre el resto de los involucrados y establecer cómo es su sistema y cómo se manejan, pero en este caso no quisimos que se propague la droga y que se deje de distribuir”, señaló la fiscal.
También informó que en la zona no se detectaron casos de consumo problemático del fentanilo, pero adelantó que los efectos del negocio de este enfermero podrían verse en los próximos meses. Mientras tanto, pidió más medidas de prueba que están en curso, ya que la instrucción está en pleno trámite.
¿Qué es el fentanilo y qué efectos produce?
El fentanilo es un potente analgésico opioide sintético. Un gramo de esta sustancia es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 más que la morfina. Se la conoce con distintos nombres: “Apache”, “China Girl”, “China White”, “Dance Fever”, “Friend”, “Goodfella”, “Jackpot”, “Murder 8”, “TNT”, “Tango and Cash”, “Heroína Blanca”, entre otros.
Existen dos tipos de fentanilo: el farmacéutico, que es usado para tratar el dolor intenso, especialmente para después de una operación y en las etapas avanzadas de cáncer y enfermedades terminales; y el casero, que es fabricado ilícitamente.
Los casos más frecuentes de adicción se dan con el fentanilo creado en cocinas ilegales, que luego se distribuye en el mercado negro, al igual que lo hacen con la heroína. Se vende como polvo, gotas vertidas sobre papel secante, como pequeñas golosinas, en goteros para los ojos, vaporizadores nasales o en forma de pastillas que tienen el aspecto de opioides recetados.
Generalmente, se le agrega otra droga sintética debido a su extrema potencia, lo que hace que la sustancia se venda más barata y que sea más adictiva, pero a la vez se vuelve más peligrosa para el consumo. Tan solo dos miligramos de fentanilo base puede matar a una persona.
Por otra parte, y a pesar de ser legal, el fentanilo farmaceutico es peligroso en gran medida. El consumo indiscriminado genera dependencia y produce tolerancia; por lo tanto, se dificulta dejar de tomarlo. Fuentes médicas señalan que existen casos sobre pacientes que desarrollaron adicción al fentanilo luego de su uso prolongado en tratamientos para el dolor.
Efectos del fentanilo
–Secundarios comunes: náuseas, vómitos, estreñimiento, sedación y confusión.
–Efectos graves: disminución de la frecuencia respiratoria, síndrome serotoninérgico, hipotensión y sobredosis, que puede resultar en paro cardiorrespiratorio y muerte.
–Signos de sobredosis: pupilas contraídas, piel fría, manchas en labios y uñas, respiración lenta, pérdida de conocimiento y cuerpo flácido.
Para evitar una sobredosis, existe la naloxona, que es el antídoto utilizado para el tratamiento inmediato de la intoxicación aguda por fentanilo y otros opioides en general.
Elonce