Al mostrar las huellas de los golpes en su cuerpo, la víctima no dudó en afirmar que los asaltantes pudieron haberlo matado. “No tuve oportunidad de defenderme”, lamentó y contó cómo lo golpearon con una barreta.
El hombre de 62 años, que fue golpeado brutalmente durante un asalto, se recupera de los golpes recibidos durante el cobarde ataque de los delincuentes registrado en la madrugada del 13 del corriente en su vivienda del barrio San José de Concepción del Uruguay.
Con las marcas en su cabeza y tórax, producto de los golpes brutales, Omar Bechir contó que los ladrones reventaron la puerta de calle para ingresar al domicilio. “Rompieron el marco a golpes y se metieron. Yo estaba profundamente dormido, no escuché nada y, cuando desperté, tenía uno a cada lado de la cabecera de la cama. Me golpearon con una barreta en la cabeza, me patearon y me amordazaron, poniéndome un trapo dentro de la boca”, repasó el hombre.
Bechir, al mostrar las huellas de los golpes (heridas cortantes y hematomas) en su cuerpo, no dudó en afirmar que los asaltantes -de entre 25 y 30 años- pudieron haberlo matado. “La cama estaba llena de sangre por los cortes en la cabeza. No tuve oportunidad de defenderme”, rememoró.
Según explicó, los delincuentes le exigían el supuesto dinero que guardaba, pero él les insistía con respecto que a no que tenía nada. Finalmente, los delincuentes se llevaron una billetera con documentación y algo de plata, dos carabinas y un revolver 38.
Bechir contó que fue asistido y llevado al hospital, donde lo atendieron y controlaron, ya que temían las consecuencias de la golpiza, pero afortunadamente se va recuperando, aunque le practicarían otros estudios.
Al finalizar, la víctima del violento asalto reveló que tuvo que reparar y reforzar la puerta; también comentó que uno de los documentos, que estaba en su billetera, fue encontrado en la plaza del Barrio San Isidro.
Por el momento, la investigación sigue su curso, pero no se sabe si hay pistas sobre quienes fueron los autores del hecho de inseguridad y preocupa el destino que tendrán las armas de fuego; es que estaban registradas y con sus permisos correspondientes.
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