El equilibrio entre la intensidad de los trabajos es el mayor aliado para el progreso de los corredores.
Santiago García habla de la importancia de ir alternando entrenamientos intensos con otros más suaves
Un error común de muchos corredores es pensar que cada vez que entrenan tienen que hacerlo siempre con la misma intensidad. No sólo eso, sino que muchos creen que esa intensidad debe ser la más alta, con lo que enfatizan el error.
Las competencias son los momentos de mayor intensidad y llegar a ellos de forma impecable es algo que se trabaja, obviamente, en los entrenamientos. Pero incluso para los que no quieran competir, mejorar como corredor requiere equilibrio e inteligencia.
Esta es una de las lecciones más importantes que todo corredor debe aprender: por cada entrenamiento de alta intensidad debe hacer uno de intensidad más baja. Este es uno de los motivos más importantes por los que se debe tener un entrenador que nos guíe.
Para rendir mejor el cuerpo debe recuperarse de los grandes esfuerzos, ahí es donde cobran importancia los entrenamientos suaves.
Si realizamos series intensas casi al máximo de nuestra capacidad, al día siguiente no se debe hacer una práctica con esa nivel de energía.
Por supuesto, dependiendo del nivel y de la calidad de cada corredor, esto tiene diferentes ajustes. Pero en reglas generales, la idea es un trabajo muy intenso, un trabajo suave, un trabajo muy intenso, un trabajo suave. A esto también hay que sumarle los días de descanso, que pueden ser dos o uno por semana, siempre acorde al nivel y la capacidad de cada atleta aficionado.
Esto es muy importante porque esa alternancia es lo que va a hacer que nuestro nivel como corredores aumente. Capitalizar esos trabajos intensos solo se puede realizar con esta combinación mencionada. Pero es clave que a esa alternancia se le suma la constancia.
Es un error creer que siempre se debe entrenar con la misma intensidad.
Hay que ser constante para que todo plan de entrenamiento funcione. Si dejamos de entrenar varios días, no podemos volver con un entrenamiento intenso. No se trata de descansar una semana y, de repente, darlo todo. Hacer eso es la forma más rápida de lesionarse. De la misma forma que hacer toda sesión al máximo puede generar un agotamiento físico y mental.
El concepto de supercompensación es justamente este. El equilibrio necesita un trabajo fuerte y una tarea más suave. Los músculos se recuperan y se adaptan, consiguiendo con el tiempo una optimización de los recursos que cada corredor tiene.
Incluso sin la teoría, cualquier runner puede sentir lo que le pasa si no respeta este equilibrio. No está mal que un entrenamiento nos resulte más fácil que otro. La mejoría y la calidad se va a ver en los días intensos y en los suaves, así como también, y finalmente, en las carreras.
*Santiago García es maratonista, autor de los libros “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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