El jueves de la semana pasada, minutos después de las 21:30 horas, el estridente sonido de sirenas rompía la serenidad de la noche.
Poco después se supo que el despliegue de una ambulancias, patrullas y móviles de los bomberos se relacionaba a un siniestro vial, y que un chico, de 15 años, con su moto había terminado debajo de la cabina de un camión, que salía de la playa del molino de la Cooperativa Lucienville en la calle Neyra, a metros del Acceso de tránsito pesado por Línea 23.
El personal de salud que lo socorrió y traslado de manera urgente al Hospital, sabía que el cuadro era muy grave; el chico había sufrido múltiples heridas y fracturas en sus extremidades, no les era difícil imaginar que por la virulencia del impacto seguramente también había afectado órganos internos, y apenas -como aliciente- se podía valorar que el golpe en la cabeza había absorbido por el casco.
En el “Sagrado Corazón de Jesús” hicieron todo lo posible para estabilizarlo, y ni bien se pudo lo derivaron a una U.T.I del hospital “Urquiza”. En el nosocomio uruguayense el equipo de salud hizo todo, y “Toto” la peleó como un campeón, pero lamentablemente no resistió y entrada la noche del domingo su corazoncito se apagó.
La mala nueva no tardó en llegar. La comunidad de su Escuela, “La Técnica”, su club, Ramsar, los chicos de la Sub 15, los vecinos y hasta aquellos que apenas tenían una referencia del gurí por las cadenas de oración que proliferaron pidiendo por su salud se unieron en manifestaciones de dolor, condolencias y solidaridad para con la familia.
FM Riel
