La Justicia allanó la casa del ex novio de Brenda Uliarte. La mujer había dejado allí una bolsa blanca, tras el atentado a Cristina Kirchner. Secuestraron elementos.

La jueza federal María Eugenia Capuchetti allanó está madrugada la casa de un exnovio de Brenda Uliarte, en el marco de la investigación por el atentado que sufrió el jueves pasado la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, informaron fuentes judiciales.

El procedimiento se hizo al domicilio donde, según la investigación, se dirigió la joven detenida después del intento de homicidio de la Vicepresidenta. En el lugar se secuestró una bolsa blanca que habría dejado Uliarte esa noche.

En tanto, el dueño de la casa declaró como testigo esta madrugada. Fuentes del caso explicaron que el testigo aseguró que recibió a la joven en su casa el jueves por la noche y ella se fue el viernes por la mañana.

En una declaración testimonial que concluyó 4.45 dijo que la joven «quería ir a aclarar todo» y que el viernes por la mañana le contó «lo que Montiel había querido hacer».

El joven que se llama Andrés y que se había presentado en varios canales de televisión para contar cómo era Uliarte fue quién recibió a la joven luego de que huyera, el jueves pasado, tras el atentado a la Vicepresidenta.

El jueves por la noche Brenda tocó la puerta de su casa en San Miguel, era habitual que ella pase algunas noches de forma esporádica en su casa. Pero explicó que si él no está en la vivienda, ella nunca se quedaba sola. Apenas llegó, se fue directo a dormir sin decir nada.

Al día siguiente, viernes muy temprano por la mañana él tenía que salir a trabajar y la despertó.

Fue en ese momento cuando ella le contó que Fernando Sabag Montiel había atacado a Cristina Kirchner, en otras palabras, dijo «me contó lo que quiso hacer su novio, pero yo no le creí, no lo podía creer». Dejaron la propiedad y él la acompañó hasta la parada de colectivos y fue la última vez que la vio.

Por la situación, por el apuro Brenda dejó en su casa la bolsa blanca con la que las imágenes la muestran retirándose por la calle Uruguay, por demás calmada ante el caos que la rodeaba: Fernando Sabag Montiel había gatillado dos veces el arma Bersa calibre 32 hacía pocos minutos. La bolsa junto a un paraguas fueron secuestrados por la justicia federal y se ordenó un estudio pericial para detectar huellas y observar el contenido de la bolsa.

De allí huyó a San Miguel, a la casa de su ex pareja. Cuando la dejó en la parada de colectivos y se dirigió a su trabajo empezó a escuchar las repercusiones de la noticia. Entonces relacionó lo que Brenda le había contado hacía pocas horas con lo acontecido.

A Uliarte «la conocía hace mucho tiempo» explicó ante el fiscal Carlos Rívolo durante la declaración testimonial y reiteró que el comportamiento actual no era propio de ella, «los últimos seis, siete meses estuvo influenciada por Montiel». Se comunicaron el domingo durante la tarde. Brenda le había dicho que iba a volver su casa a San Miguel, el refugio que encontró después del ataque.

Cuando se encontraba en el tren para dirigirse desde Barracas a San Miguel, la Policía Federal la detuvo acusada de haber sido parte de la planificación del atentado contra la vicepresidenta.

En otro tramo de su declaración testimonial, Andrés se mostró apenado por la situación y dijo que con Brenda habían tenido un hijo que perdieron. «La quería mucho entendía que había sido influenciada mucho en los últimos seis meses por Montiel pero a él no lo conozco», añadió, según detalla Clarín.

 

Imputaciones

Intento de asesinato a la Vicepresidenta, planificación previa, acuerdo de partes, transporte de arma de fuego sin autorización y acopio de municiones fueron algunos de los delitos que se les imputaron a Fernando André Sabag Montiel y a su novia Brenda en el marco de las indagatorias en las que el agresor se negó a declarar, pero en las que dejó una llamativa frase: «Brenda no tuvo nada que ver… y yo tampoco».

La indagatoria de Uliarte se concretó el martes, mientras que a Sabag Montiel la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo le tomaron una ampliación en la que otra vez se negó a declarar, pero dejó esa frase con la que buscó desvincular a su novia del hecho y luego a sí mismo, a pesar de que cientos de imágenes lo muestran empuñando el arma que apuntó a la cabeza de la expresidenta.

En su turno, Uliarte había dicho que no tuvo nada que ver con el intento de homicidio ni con su planificación, que solo fue hasta la casa de la Vicepresidenta a acompañar a su novio y que lo que él hizo le pareció aberrante: no quiso responder preguntas ni del tribunal ni de la fiscalía, y solo le contestó a su defensor oficial, Gustavo Kollman.

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