Dirigentes rurales preparan un petitorio que será elevado a las autoridades provinciales ante los constantes hechos de cuatrerismo de los que son víctima; un ex productor contó que vendió su rodeo cansado de que lo roben y amenacen.

Dirigentes rurales preparan un petitorio que será elevado a las autoridades provinciales ante los constantes hechos de cuatrerismo de los que son víctima. De hecho, un ex productor contó que tuvo que vender su rodeo cansado de que lo roben y amenacen.

El abigeato es hurtar o robar ganado ajeno, ya sea mayor (vaca, caballo, mula, etc.) o menor (cerdo, oveja, cabra). La pena va de 2 a 6 años de prisión si los animales no llegan a 5; de 3 a 8 si son 5 animales o más y se usa transporte; y de 4 a 10 años si hay violencia en las personas o en las cosas, si se falsificare la marca o señal del animal o las guías o documentos equivalentes, o si el autor, instigador o cómplice, es otro productor o transportista agropecuario”, explicó el abogado Penalista, Fabián Otarán.

En Gualeguaychú, hace pocos días, integrantes de la Brigada local detuvieron la marcha de una camioneta que circulaba por la ruta 14 sin luces en horas de la noche. En el interior de la misma se encontraban cuatro personas y cortes cárnicos que después se constataron que pertenecían a tres novillos-alrededor de 300 kilos- que habían sido faenados en un campo que da a la ruta.

En Islas del Ibicuy, por su parte, se han dado una serie de hechos de abigeato, al igual que en Bovril y en distintos puntos de la provincia.

 

Un viejo mal

Nicasio Tito, abogado, productor de Federal y Vice de Farer-, señaló que “el abigeato, como los caminos, es un viejo mal que se escucha en los discursos de las rurales, en las charlas de las cooperativas y en otros lugares. Si uno se remonta a 50 años atrás el discurso se repite”. Acotó que el “abigeato en esta situación económica tan dramática que estamos viviendo a nivel país los productores están muy expuestos ganaderos con sus vacas y ovejas, particularmente en el norte de la provincia donde tenemos muchos lanares”.

Dijo que el productor “padece el abigeato para el cual no se ha encontrado una solución, la punta del ovillo”. Señaló que se debe realizar “un trabajo en conjunto con el gobierno y hablando con los fiscales, los jueces, las fuerzas vivas de cada pueblo y, de esa forma, involucrarse de una manera más homogénea para enfrentar una situación que se agrava cada día”.

“Hasta el momento no hemos tenido que lamentar ninguna persona herida gravemente o muerta por la delincuencia y no podemos esperar que eso ocurra. Hoy los delincuentes cuentan con una sofisticación que no tiene la policía. Armas, logística para faenar el animal lo más rápido posible, motos que no tiene la fuerza de seguridad para desplazarse en zonas de monte como en La Paz, Feliciano, Federal, contra móviles de comisarías rurales que datan de los 70 y 80”.

En cuanto a la Justicia, sostuvo que “no todos los fiscales actúan de la misma manera y ni hablar de todos los jueces. Se de lo que hablo porque soy abogado, trabajo en derecho penal, además de productor y veo esa situación de una puerta giratoria que no se detiene. Es una lucha contra “Molinos de Vientos”, porque los gobiernos de turno bajan alguna que otra línea y se trabaja con un código un “poco garantista”, por no decir totalmente. El In dubio pro reo es un principio jurídico que significa: en caso de duda, a favor del acusado y así estamos”.

Marcelo Schreiner, presidente de la Filial de FAA en Bovril, consultado por El Día, indicó que “vivimos en una zona con mucho monte y estancias muy grandes y cuatro colonias conformadas por pequeños y medianos productores”.

El federado señaló que “se han dado una serie de hechos en donde la Brigada de Abigeato ha detenido a los cuatreros con las manos en la carne, sin embargo a los dos días, luego de ser identificados y detenidos, quedan en libertad, generando mucha bronca en los productores, ni hablar en los funcionarios que realizaron el procedimiento.” Es así que los “productores pedimos una reunión con los fiscales y jueces de La Paz para que no los suelten enseguida, que la causa siga su debido proceso”. Contó que el Intendente de Bovril José Gillig se puso a disposición, razón por la que “estamos trabajando en conjunto”.

Sobre las carneadas, contó que a un “vecino le carnearon dos terneros (150 kilos), faenando, a los tres días, en otro campo lindante, deteniendo la policía a los malhechores que tenían en su poder carne, armas y algunas cosas más. Fueron detenidos, llevados a la Departamental de La Paz, para liberarlos a los dos días. Estos son hechos que se repiten con casi siempre los mismos protagonistas, rotándose a la hora de cuatrerear”.

Señaló que “eligen animales livianos para llevarlos al hombro, o en carretilla hasta la ruta en donde los cargan en un vehículo, para luego llevarlos a algún lugar, despostarlos, darle un valor agregado-milanesas y hamburguesas- y vender en forma ilegal”.

“Poner plata para que nos roben”

Luis, médico Veterinario y productor de Gualeguaychú, recordó que hace “unos siete años, cansado de que me carnearan y de no tener un principio de solución al problema, junto con la familia, decidimos vender toda la hacienda en el campo que tenemos en Costa Uruguay a 15 kilómetros de la ciudad. Me harté de poner plata de mi profesión para cubrir lo que nos robaban, además de recibir más de una amenaza”.

El caso de Luis es uno de los tantos de gente que vació los campos por la inseguridad años atrás. También está el caso de un productor que mientras hablaba con autoridades-hace algunos años- le estaban robando en su campo.

Marcelo Settimio, productor y presidente de la Sociedad Rural de Islas del Ibicuy en el sur entrerriano, contó que “en la “Peregrina” me están carneando un animal por mes”. Detalló que “hace un mes me faenaron un ternero de 200 kilos y ahora una vaca preñada, dejando únicamente la cabeza, en el caso del ternero; mientras que de la vaca dejaron en el lugar cabeza y espinazo”. Detalló que los dos animales “tenían un tiro en la cabeza”, práctica que es común en los cuatreros que generalmente utilizan carabinas calibre 22 mm.

El dirigente y productor señaló que en Médanos, Estancia Nueva, carnearon “en una semana cinco ejemplares de ganado vacuno y si bien hubo detenidos por esta serie de hechos, las cuatrereadas siguieron”.

Desde la Sociedad Rural de Gualeguaychú señalaron que “durante muchos años la Justicia no ha demostrado demasiada dedicación hacia este tipo de delitos. Eso ha provocado que muchas veces ni se denuncie y por eso hacemos foco en realizar todos los pasos que hagan falta para combatir a los delincuentes”. Desde la entidad gremial agregaron que “hay un compromiso y un esfuerzo enorme en brigadas como la de Gualeguaychú. Pero eso necesita siempre del respaldo de la Justicia. Muchas veces los cuatreros eran detenidos y a la hora ya estaban en la casa. Eso tiene implicancias negativas por todos lados: repercute en la moral de los efectivos; provoca un estado de indefensión en el productor; anima a otros delincuentes y es un pésimo mensaje para la sociedad. Todo eso puede provocar que este tipo de accionar delictivo no sea tomado con la rigurosidad que hace falta”, advirtieron.

“Como ya lo hemos dicho en otras oportunidades, resulta necesario ponerle traba a la puerta giratoria de la justicia. No hay razones jurídicas para no poner celo en los procesos contra estos delincuentes. Hace falta reforzar el compromiso de los distintos resortes del sistema judicial para que queden detenidos y las condenas sean elementos disuasivos. No puede tirarse por la borda el esfuerzo y los recursos de productores y efectivos policiales. Ya va siendo hora que los delitos contra el campo tengan la misma importancia para jueces y fiscales que los cometidos en la ciudad”, finalizaron desde la SRG. (ElDía)

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