El Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay declaró hoy al cura Juan Diego Escobar Gaviria, ya condenado en 2017 a 25 años de cárcel por abuso de menores, como «autor material y penalmente responsable del delito de promoción de la corrupción de menores, agravada por su condición de guardador», y le impuso la pena de 11 años de prisión.

El juicio se sustanció durante dos días, miércoles 18 y jueves 19 de noviembre, en Gualeguay, y al término de las audiencias el fiscal Rodrigo Molina y el querellante Mariano Navarro pidieron 12 años de cárcel para el sacerdote, que desde el 21 de abril de 2017 cumple prisión preventiva en la cárcel de Victoria. La defensa, a cargo de Milton Urrutia y María Alejandra Pérez, reclamó el sobreseimiento de su cliente.

Lo que sigue es, una vez que la primera y segunda sentencias queden firmes, se hará una audiencia para «unificar» las condenas que ha recibido Escobar Gaviria: a 25 años de prisión, en 2017, y a 11 años, en 2020.

El querellante Mariano Navarro dijo que tenía expectativas favorables con la condena que finalmente se le impuso a Escobar Gaviria. «Nosotros trajimos testigos y aportamos pruebas, que ya se habían presentado en el primer juicio. Del lado de la defensa no hubo nada, sólo denostar el trabajo profesional que hicimos nosotros. Incluso los testigos del cura hablaron más a favor de nuestra postura: dijeron que el cura se rodeaba de menores, que los que se quedaban a dormir en la casa parroquial eran siempre menores, nunca adultos, y que la habitación de la pieza del cura se cerraba por dentro. Datos menores, pero que en el conjunto aportan a la teoría que nosotros presentamos».

 

El caso

«Yo llegué como monaguillo porque me gustaba. Al principio, iba todo bien. Pero con el pasar de los meses ahí adentro empezaron a cambiar las cosas. Ya no era el Juan Diego que yo conocí. Tenía actitudes que eran diferentes. No era la persona seria que yo había conocido. Un día yo estaba jugando junto a otros chicos en el comedor y me llama Juan Diego. Me pide que lo acompañe a la pieza. Cuando entro, cierra la puerta con llave y me empieza a hablar. En la pieza tenía una computadora donde preparaba la predicación de la misa de la tarde, así que nosotros íbamos y jugábamos en esa computadora. Pero ese día me empezó a tocar. No me gustó. Me levanté y me fui. Fui a la otra computadora, y no dije nada. No le conté a nadie. Fui como si nada. Después me empezó a hablar, a explicar con chamuyos lo que había pasado. Entonces, vinieron hechos más graves».

Santiago Tavares es ahora un chico de 20 años y duda que alguna vez pueda llegar a olvidar lo que vivió en la casa de Dios. Tenía 14 cuando llegó como monaguillo a la parroquia San Lucas Evangelista, en su pueblo, Lucas González, a 133 kilómetros de Paraná, en el departamento Nogoyá. Allí, el cura Juan Diego Escobar Gaviria llegó en 2005 y se quedó hasta octubre de 2016, cuando fue corrido tras la primera presentación en la Justicia por abuso a un menor. A Escobar Gaviria lo condenó un tribunal en 2017 a 25 años de cárcel por abuso y corrupción de menores; en 2002, y tras cuatro suspensiones sucesivas, se sustanció el segundo juicio, con Santiago Tavares como único denunciante y víctima.

¿Pudiste superar y olvidar todo lo que viviste siendo adolescente?

-Hice terapia con una psicóloga de Nogoyá y eso me ayudó mucho. Un poco me sirvió. Pero por más que uno vaya a psicólogos, las cosas no se olvidan de un día para otro.

-¿Saliste más aliviado, más tranquilo después de declarar?

-Se me fue el miedo que tenía. También ya no siento la vergüenza que sentía por el qué dirán los demás, por.lo que se escucha en el pueblo. Ahora siento que tengo que seguir adelante.

-El cura Escobar Gaviria no estuvo presente en la sala. Estuvo por pantalla. ¿Cómo te sentiste cuando declarabas?

-Nada. No me produjo nada.

Santiago T. soportó tocamientos, al principio, y después los abusos más oscuros de parte del párroco de su pueblo.

En el escrito de remisión de la causa a juicio, el fiscal de la Unidad Fiscal de Nogoyá Federico Uriburu detalla de modo descarnado de qué modo Escobar Gaviria concretaba la corrupción de Santiago. Y explicó que “todas esas conductas fueron llevadas a cabo en dependencias de la casa parroquial ocupada por el cura en la localidad de Lucas González pero también efectuó acciones similares en oportunidad de realizar viajes con sus monaguillos con motivo de las misas celebradas fuera de dicha localidad”.

Santiago fue abusado por Escobar Gaviria, pero en el juicio de 2017 se presentó como testigo: contó que fue supo de los abusos del cura sobre uno de los principales denunciantes, Alexis Endrizzi. Pero su relato fue tan demoledor que a la Fiscalía no le quedaron dudas: también había sido abusado, y entonces se formó el segundo juicio a Escobar Gaviria.

El martes 15 de mayo último, el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, remitió esa segunda causa a juicio oral.

Santiago,  además, denunció a otro cura de Lucas González, Hubeimar Alberto Rua Alzate. A un mismo tiempo, ambos curas corrompían monaguillos en la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González.

 

El juicio

Para juzgar a Escobar Gaviria se conformó un tribunal integrado por los jueces de la jurisdicción de Gualeguay, Alejandro Calleja y  Alejandra María Cristina Gómez. Y un magistrado de la jurisdicción Gualeguaychú, Mauricio Daniel Derudi.

Precisamente la conformación del tribunal que debía juzgar a Escobar Gaviria fue lo que generó la primera postergación de la fecha de inicio del juicio, que debió realizarse entre el 12 y el 13 de noviembre de 2018.

Originariamente , el tribunal que debió juzgar al sacerdote quedó conformado por los jueces Calleja, Gómez e Ignacio Boris Telenta, pero el magistrado concurso y ganó el cargo de juez de Garantías de Gualeguaychú, y por tanto dejó su puesto de juez de Garantías en Gualeguay. Los otros magistrados de Gualeguay quedaron afuera por cuanto ya habían actuado en el primer juicio: María Angélica Pibas, Darío Crespo y Javier Cadenas. Tampoco pudo ser incluido Dardo Tortul porque si bien ahora es juez de juicio, actuó en el debate contra Escobar Gaviria en representación del Ministerio Público Fiscal y llevó adelante la acusación.

Las audiencias de debate habían sido fijadas para una nueva fecha, los días 23 y 24 de mayo de 2019, pero el querellante Mariano Navarro pidió aplazar el trámite en función de la imposibilidad del denunciante, Santiago Tavares., un muchacho de 19 años, de asistir al tribunal.

Pero antes de comenzar las audiencias el trámite fue suspendido nuevamente. El aplazamiento fue pedido por el abogado querellante, Mariano Navarro, en función de que la víctima que denunció el quinto caso de corrupción de menores del cura Escobar Gaviria, no está en condiciones de salud psicológica como para afrontar el juicio.

La tercera programación del juicio se fijó para los días 4, 5 y 6 de diciembre de 2019. Pero hubo una tercera suspensión.

Pero en noviembre de ese año se conoció la decisión de postergar las audiencias.

 

Primera condena

El cura fue condenado el 6 de septiembre de 2017 por haber abusado a cuatro menores. En tres casos se lo acusó de promoción de la corrupción de menores reiterada, agravada por su condición de guardador; y en uno por abuso sexual simple agravado por ser cometido por ministro de culto.

El fallo, que se conoció de forma íntegra el jueves 14 de septiembre de 2017, contiene 304 páginas, en las que se encuentran todas las actuaciones del caso. Desde las primeras testimoniales tomadas a los menores cuando denunciaron los abusos, hasta las declaraciones de testigos –familiares, amigos, colaboradores de la parroquia-, y otros elementos que le permitieron al Tribunal llegar a la conclusión de que Escobar Gaviria cometió abusos, condenándolo a una pena proporcional a la gravedad de los delitos: 25 años de prisión efectiva.

La condena a Escobar Gaviria fue confirmada en Casación, pero cuando el caso se debatió en la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), el alto cuerpo anuló una parte de la sentencia y ordenó al Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguay computar de nuevo la pena. Fue sentenciado por tres casos de corrupción de menores y uno de abuso sexual simple. Este último caso por el que fue condenado encontró una anulación en el STJ.

Fuente: Entre Ríos Ahora

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