Si bien son conscientes que la actividad podría retomarse recién el año próximo, representantes de salones de fiestas elaboraron un protocolo sanitario de seguridad para la vuelta a las celebraciones. Los puntos principales del escrito.
Los representantes de salones de fiestas están preparados para la vuelta de las celebraciones. Si bien aún no saben cuándo sucederá, desde el sector confeccionaron un protocolo sanitario de seguridad que fue presentado la semana pasada al jefe de Gabinete de la Nación, Santiago Cafiero, con medidas para evitar al máximo el contagio del coronavirus durante los eventos. La propuesta incluye un detallado listado de cómo se deberán preparar los salones, cómo se recibirá la mercadería e, incluso, cuánto deberá durar la celebración.
A cada invitado se le entregará una copa con una señalización individual para ser utilizada toda la noche
«Hasta hoy no tenemos una respuesta concreta de cuándo volveremos, aunque tenemos internalizado que seremos los últimos en hacerlo e incluso no creemos que sea este año», afirmó María José Oliva, presidenta de la Cámara de Salones de Fiestas y Eventos de Córdoba (Casafic), que agrupa a recepciones, salones de fiestas infantiles y a organizadores de eventos de la provincia. Según contó la situación es crítica y no se traduce únicamente a un freno en las celebraciones. «Tenemos alquileres extremadamente altos y los dueños de las infraestructuras exigen sus pagos, mientras el sector no genera ni un peso», añade.
La crisis se expande hacia todos los trabajadores que están involucrados en las celebraciones, que se calcula que son 25 personas por evento, entre DJ, iluminadores, mozos, ayudantes de cocina, chef, fotógrafos. «Es una red de trabajadores inmensa», insiste Oliva. Según Casafic, se estima que en el país hay más de 500.000 familias sin trabajar.
La industria de los salones de fiestas y organizadores de eventos está paralizada desde el 14 de marzo. Ante esta situación, y sin posibilidad de reservar fechas a nuevos clientes, Casafic articuló con representantes del sector de Mendoza, Tucumán, Santiago del Estero, Salta y San Luis para conformar un frente federal, y la semana pasada le presentaron a Cafiero un documento con propuestas. Además de medidas de precaución, como el uso de mamparas durante las entrevistas con clientes, o la utilización de kits sanitarios y la toma de temperaturas a los empleados, el sector listó detalladamente cómo planifican la vuelta de invitados a los salones de fiestas.
Las mesas de las fiestas deberán mantener una distancia de un metro y medio
En primer lugar, piden que se autorice al sector a ir a las oficinas para que, en caso de que aparezca algún cliente, se pueda visitar el salón con una entrevista pautada con medidas de seguridad. Según indicó Oliva, los eventos sociales y corporativos se venden con un plazo mínimo de seis meses. «Si todo sigue como está, cuando abramos las puertas recién vamos a poder trabajar a pleno seis meses más tarde, o sea, calcula que en mayo o junio del año que viene podremos volver a funcionar», afirma.
Además de ayudas económicas y la eximición de impuestos asociados a la actividad, desde el sector listaron las medidas que se tomarán el día del evento. Para los especialistas en fiestas, los eventos no deben durar más de seis horas. El objetivo es disminuir la cantidad de horas en la pista de baile, lugar donde el contacto humano suele ser más estrecho.
Cada invitado deberá pasar por un proceso de sanitización
A su vez, sugieren el monitoreo a través de cámaras de seguridad para asegurar el distanciamiento social. Por otro lado, el personal afectado al evento, como cocineros, mozos y mantenimiento, se deberá someter a un estricto procedimiento de sanidad que incluye scanner de temperatura, alfombra de sanitización, lavado de manos con jabón o alcohol en gel y puesto de tapabocas descartables. A su vez, los empleados deberán ingresar a una habitación donde se cambiará la ropa de calle y se vestirá con el uniforme de la empresa, el cual estará limpio y desinfectado.
Los salones funcionarán con el 50% de la capacidad total y se instalarán dispensers con alcohol en gel y toallitas desinfectantes. Las mesas no podrán prepararse para más de seis personas y mantendrán una distancia de un metro y medio entre cada una. Por el lado de las bebidas, las barras serán más grandes que lo normal para evitar el amontonamiento.
A su vez, no se habilitará el guardarropas y todos los servicios externos, como proveedores que entreguen mercadería, no podrán ingresar al establecimiento en tanto que la mercadería deberá desinfectarse con alcohol o lavandina.
Otro rol importante será el de los invitados a la fiesta. Para los organizadores, debería haber un ingreso único. Las personas será recibidas por una sola persona y se le realizará controles: pasarán por una alfombra de sanitización, scanner de temperatura, lavado de manos con alcohol en gel, se les otorgará un tapabocas descartable y se le entregará una copa con una señalización individual para ser utilizada toda la noche. (La Nación)