Una viaje entre Paraná y San José de Feliciano -268 kilómetros-, el domingo, para asistir a la actuación de Soledad Pastorutti en la Fiesta del Ternero, casi termina en una tragedia por el pésimo estado de la ruta 1.
Cinco amigos se subieron a un vehículo y, con la luz del día, observaron los baches profundos en la cinta asfáltica. Pensaron que con la ruta así sería complicado conducir de noche. Y efectivamente, a la vuelta, viajando de Feliciano a Paraná, vivieron de cerca el peligro.
«Muchos saben que viajé a Feliciano para disfrutar del show de Sole. Éramos 5 ocupantes del auto rojo. Ya a la ida comprobamos el malísimo estado de la ruta provincial (sin marcar, muy rota, sin luces)», contó Tamara Romano, fanática de Soledad Pastorutti, «La Sole», al relatar el accidentado viaje.
«Al final el show, y felices por todo lo vivido, cargamos combustible y salimos, 4,15. Ya en ruta íbamos detrás de un auto blanco. Ambos vehículos, despacio. De repente, el auto blanco comienza a frenar y queda trabado. Nosotros, detrás, también frenamos y tratamos de esquivarlo, pero llegamos a tocar la parte trasera izquierda y se nos rompe la rueda. Bajamos. No sabíamos por qué había frenado así el otro conductor. Estábamos todos bien, sin heridas, sólo una amiga con el dedo de la mano que le dolía. Nos dice el conductor del auto blanco que, de golpe, se encontró con un trozo de asfalto vertical. Su auto es bajo y frenó, pero quedó debajo del auto la tosca (una piedra de gran tamaño)», relató en su muro de Facebook.
La ruta provincial N° 1 está en los planes del Gobierno, y de la Dirección Provincial de Vialidad (DPV), que en marzo de 2019, casi un año atrás, anunció el inicio de la obra de reparación.
El proyecto oficial contempla la rehabilitación y reconstrucción de la calzada pavimentada de la ruta provincial N° 1 en una longitud de 89 kilómetros, en el tramo comprendido entre La Paz y San José de Feliciano, el bacheo y rehabilitación de 5,25 kilómetros correspondientes al desvió del tránsito pesado de la ciudad de Feliciano y la rehabilitación y reconstrucción de 35,5 kilómetros de la calzada entre esta última y Los Conquistadores.
Pero, de momento, el pavimento está imposible para el tránsito.
Cuando Tamara Romano y sus amigos frenaron en medio de la ruta se enfrentaron a una situación angustiante. «No se veía nada, la ruta de ambas manos quedó cortada. Pusimos las balizas y con los celulares alumbramos e indicamos a otros vehículos. No teníamos señal de celulares para llamar a la Policía por lo que un vehículo que pasó avisó a la de la siguiente comuna, San Víctor. Cuando llegó la Policía, ya habían movido el auto blanco y el oficial puso conos pero la policía en sus vehículos no tenían balizas (que nos hubieran venido muy bien en tanta oscuridad)».
Fue entonces que un agente de policía pide por radio que lo auxilien con el único patrullero con balizas «porque ´me van a llevar puesto´ (yo estaba a metros y si no encendía la linterna o el celu no lo veía con su uniforme azul noche)», según el preciso relato.
«La Policía hizo las mediciones en la escena y la tosca (el trozo) de asfalto medía 40 cm ancho por 38 de altura y entre 10 y 12 de profundidad. Al amanecer se comenzó a ver todo mejor. Imposible llamar al seguro sin señal. Cuando logramos comunicarnos, 6,30, a Seguros Sancor era feriado. ´Van a tener que tener paciencia. Vamos a llamarlos para avisarles cuando consigamos auxilio´. A lo que le volvimos a decir: ´No hay señal, no llames.´. La respuesta: ´Bueno, esperen, que en algún momento va a ir el auxilio´. . Los papás del conductor ya estaban viajando para acompañarnos desde Paraná».
La odisea del viaje, con accidente incluido, duró 12 horas. En medio, las graves falencias que quedaron en evidencia: las empresas privadas que no cumplen -el seguro contratado se olvidó de avisar a la grúa- y el Estado que cuenta con los recursos elementales, las balizas en los patrulleros.
Entre Ríos Ahora
