En el inicio de la primera semana del mes de febrero de 2020, en diversos medios provinciales, tomó cuerpo una noticia que daba cuenta de que el Gobierno de Entre Ríos otorgó un 57,62 % de recomposición salarial durante 2019.
A través de declaraciones, el Ministro de Economía provincial en este contexto afirmó: “Es unos de los mayores incrementos concedidos en el país en comparación con los otorgados por el Estado nacional, los Estados provinciales, municipales e incluso superior a los de la actividad privada”, y subrayó que, “la Provincia vuelve a cumplir con lo comprometido en paritaria con los empleados estatales”.
En algunas notas periodísticas que trataban sobre este informe del Ministerio de Economía, se comparó el 57,62 % de recomposición, con el 53,8 % de inflación acumulada durante el año 2019. Contrastados estos dos porcentajes por el lector, sin más explicaciones oficiales que las que autoponderan el esfuerzo, se podría decir que “los trabajadores le ganaron a la inflación en el año 2019”. En cierta forma, estos datos difundidos construyen y afirman esa idea en la opinión pública, lo cual puede llevar a formar un preconcepto público crítico sobre la inconformidad de los trabajadores, sobre todo al momento en que se deba discutir un nuevo acuerdo salarial.
Por ello es importante mostrar el otro lado del 57,62 % de recomposición enunciado.
Con el fin de precisar estas afirmaciones y contribuir a esclarecer el escenario salarial en Entre Ríos en el ámbito de la educación eública, es necesario aclarar que un 12 %, de ese 57,6 % de aumento, correspondía a la pérdida salarial sufrida durante el año 2018. En tanto que el 11,7%, correspondiente a la inflación registrada en el último trimestre de 2019, recién se percibe en los primeros días del mes de febrero de 2020, cuando ya enero de este año registrará una inflación entre el 3,0 % y 3,5%, ambos datos muestran que el famoso 57,62 % posee aristas imprecisas.
Ahora bien, cuando expresamos esta cuestión de porcentajes contrapuestos, inmediatamente se enmaraña la posibilidad de comprender de qué hablamos los trabajadores y de que habla el Gobierno.
Para superar esta cuestión, desde nuestra óptica de trabajadores que integramos el GAG (Grupo de Análisis Gremial), compararemos qué ha pasado en el período 2016 – 2019 con el salario de un maestro de jornada simple y su poder de compra de la CBT (Canasta Básica Total). Nuestro objetivo persigue poder comprender, más allá de lo que implica el porcentaje aislado de recomposición, primero, de qué importe salarial hablamos, y segundo, qué poder adquisitivo posee el mismo. Con este fin, mostraremos en un gráfico el salario de un maestro de jornada simple inicial, uno con 10 años de antigüedad y uno con 25 años de antigüedad, los que serán comparados con los importes mensuales respectivos de la CBT.
Para este fin se tomará los sueldos percibidos por los docentes y el valor de la CBT, en el mes de enero, de junio y de diciembre de los años 2016, 2017, 2018 y 2019.
En el gráfico que se inserta a continuación, la línea roja marcará la evolución de la canasta básica total en el período 2016 – 2019, en tanto que la línea azul corresponderá al salario de un maestro de jornada simple que recién se inicia; la naranja de un maestro con 10 años de antigüedad , y la verde, un docente con 25 años de antigüedad, es decir esta última en la máxima progresión salarial de su cargo.
En el gráfico precedente, claramente podemos apreciar que:
En el período 2016 – 2019, en los salarios cobrados a diciembre de 2019, toda la pirámide salarial de un maestro de grado quedó debajo de la línea de pobreza, que es aquella que marca la CBT – Canasta Básica Total.
Que un docente inicial apenas alcanza a cobrar un 57 % de la CBT.
La pérdida de poder adquisitivo del salario docente ha sido progresiva a lo largo del período 2016 -2019.
A pesar de las recomposiciones anunciadas, no se ha podido recuperar poder adquisitivo.
Cada uno de los tramos de recomposición recupera menos salario y su poder adquisitivo se vuelve a perder inmediatamente, en un esquema inflacionario donde el salario siempre pierde, el ahorro desaparece en las posibilidades de un trabajador y la usura marca el norte del sistema financiero.
Los dos últimos puntos enunciados, podemos cuantificarlos comparativamente en el siguiente cuadro, el que muestra en el mismo período del gráfico, el porcentaje de poder de compra que han tenido los salarios docentes, respecto de la CBT.
Para poder interpretar el cuadro precedente, debemos decir que las columnas con números rojos, a la derecha de cada dato de salario docente, muestran como porcentualmente se ha ido perdiendo poder adquisitivo respecto de la CBT. Sobre esta observación, una inmediata respuesta oficial, podría justificar que con el 11,7 % a cobrar en febrero se compensa lo perdido. Pero en términos reales desde nuestra perspectiva de trabajadores, podemos decir que considerando el costo de enero 2020 de una CBT en torno a unos $40.323,00, (incluyendo un 3,5 % de inflación para este mes), un maestro inicial con la recomposición del 11,7%, pasará de comprar del 57% a un 60% de la CBT, y que un maestro con 25 años de antigüedad pasará de adquirir el 96% de la CBT a un 101%, para volver inmediatamente a perder poder adquisitivo.
Considerando los datos aportados, con el fin de encontrar un camino genuino de recomposición salarial que permita superar esta etapa de enunciados mediáticos incompletos y más proclives a una campaña electoral. Creemos que es importante poner en relevancia los siguientes aspectos:
Que un porcentaje aislado de recomposición salarial, sin referencia sobre su poder de adquisitivo real, conduce a generar una opinión distorsionada sobre el salario. En tanto que los trabajadores nos sentimos burlados en nuestra realidad salarial cotidiana.
Que los porcentajes de actualización salarial de la cláusula de actualización (cláusula gatillo) se aplicaron sobre salarios del mes de febrero de 2019, incluso el último tramo a cobrar que se efectivizará en febrero de 2020. Es por esta causa, que a pesar de haberse aplicado esta famosa cláusula gatillo, se siguió perdiendo poder adquisitivo durante 2019.
Que de acuerdo a las declaraciones del ministro de Economía sobre “la variación de recaudación en el año 2019 fue de un 43 %, claramente menor que la inflación del año (53,77 %) y supone, por lo tanto, un encomiable esfuerzo para la provincia…”. Es necesario decir que durante el período que media entre enero y diciembre 2019, efectivamente a diciembre, se recompuso un 46%.
El 11,7 % restante se hará efectivo por lista complementaria en el mes de febrero, con un ajuste impositivo de un 50% aproximadamente sobre el impuesto inmobiliario y del automotor, para cuya percepción por parte de la provincia, se ha adelantado su vencimiento. Además de una pérdida de poder adquisitivo por inflación de enero 2020, en torno al 3% o 3,5%. Desde nuestro grupo de trabajo, exponemos una perspectiva de análisis, aportamos datos e interpretaciones. No creemos que las mismas sean absolutas, pretendemos ayudar a expresar nuestra realidad, y que otros las puedan enriquecer, superar y contribuir a encontrar un camino que dignifique nuestra tarea. Consideramos que es el Estado, ese que pretenden quebrado, incluso los actores con responsabilidades políticas presentes y pasadas, quien debe difundir responsablemente una lectura de la realidad sin distorsiones. Son estos fines y consideraciones los que impulsan esta expresión.
(*) Integran el Grupo de Análisis Gremial (GAG), un colectivo docente que reúne a distintas expresiones dentro de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer).
Por Luis Fernández, Pedro Gutiérrez, Francisco Nessmann (*), Entre Ríos Ahora.