El Secretario General del Sindicato de la Carne y una trabajadora del frigorífico en crisis de la vecina localidad de San Justo se expresaron sobre la incertidumbre que están viviendo y que motivaron la toma pacífica de la planta.
La llegada del fin de año trae aparejada un grave conflicto laboral en la vecina localidad de San Justo, donde el dueño del frigorífico ServiAves, Domingo Leopardo, dejó de pagar las quincenas y esto motivó el reclamo de los 200 trabajadores, que resolvieron tomar la planta ante la falta de respuestas y como forma de cuidar el patrimonio del lugar ante un posible vaciamiento. Cuando comenzaban a producirse los primeros avances, la oferta del empresario no fue aceptada por los empleados, teniendo que determinar la Secretaría de Trabajo la conciliación obligatoria, un hecho que retrasa cualquier tipo de avance.
Para conocer mayores detalles de cómo opera esta planta que genera tanto trabajo en la vecina San Justo, colegas de La Calle se comunicaron con el Secretario General del Sindicato de la Carne, Sergio Vereda, quien se refirió a la problemática y cuál sería la solución para revertir el duro contexto que se atraviesa.
Conflicto y toma pacífica
¿Cómo se inició el conflicto?
“El conflicto arranca el viernes 15 de noviembre, cuando había cuatro camiones para faenar. El dueño se había comprometido en la semana a entregar 8.000 pesos a cada trabajador, pero los empleados se enteraron que sólo les abonarían 5.000 pesos. Debido a esto, me llamaron y realizamos una asamblea, en la cual tomamos la decisión entre todos de no faenar esos cuatro camiones que habían llegado.
¿De qué manera reaccionó el dueño de la empresa?
Esta reducción en el cobro es una de las tantas promesas incumplidas, ya que siempre nos viene corriendo el arco. Nos dice una cosa y después la cambia. Pasó el tiempo y nos tuvimos que poner firme, ya que uno lógicamente cuida la fuente de trabajo, pero tampoco podemos permitir un abuso por parte del dueño. Una cosa es aguantar la precarización para que la fuente de laburo siga y los trabajadores puedan cobrar, pero otra muy distinta es soportar la precarización y encima no cobrar lo prometido.
¿Cuál es la postura del Sindicato de la Carne?
Acompañamos la decisión de los trabajadores de quedarse dentro de las instalaciones del frigorífico, a la espera de una propuesta. Pasó toda la jornada de ese viernes y la gente empezó a reclamar que aunque sea se les pague esos 5.000 pesos prometidos, pero eso no se hizo efectivo debido a que no se faenaron los camiones que habían llegado. La empresa no quiso pagar, entonces la medida de fuerza se agudizó.
¿Qué hicieron los trabajadores?
Se decidió montar una guardia permanente dentro del frigorífico, con la intención de custodiar los bienes y patrimonios del frigorífico. Con los antecedentes que tiene el empresario de esta firma, tomamos esta medida para cuidar a la empresa de un posible vaciamiento. Estamos en el marco de una toma pacífica.
Conciliación obligatoria
¿Qué reacción tuvo el dueño ante este panorama?
El viernes 21 se dictó la conciliación obligatoria por pedido exclusivo de la empresa, ya que el Ministerio de Trabajo y los empleados no pidieron esta medida. La firma reclamó por la conciliación y a cambio nuevamente ofrecía pagar 8.000 pesos, si no aceptábamos la medida que reclamaba la firma no abonaba el dinero. De esta manera intentamos explicarles a los trabajadores de qué se trataba una conciliación, pero por amplia mayoría decidieron no aceptar y el dueño no les pagó. El conflicto se agudizó y estamos peor, ya que el empresario dejó a las familias sin cobrar un peso. Ahora, como sindicato, debemos seguir los pasos legales de esta conciliación que consiguió el empresario.
¿Cómo continuó la jornada del viernes?
Los trabajadores acumulan dos quincenas sin cobrar, pero el dueño del frigorífico asegura que no cuenta con ese monto de dinero y se retiró. Fue así que los empleados decidieron continuar con la medida en medio de un clima muy tenso. Lamentablemente tenemos a muchos que opinan desde afuera, sin conocer el sistema de la empresa y sin saber de los comportamientos habituales del dueño. El frigorífico no tiene cabaña de incubación, no tiene la cabina avícola formada, no cuenta con molino, no tiene pollos en el campo y todo lo que se faena es de terceros. Lamentablemente al empresario no le molesta en nada paralizar el lugar, ya que si no se hace la faena él no paga y listo.
¿Se visualiza una salida al conflicto?
Creemos que está cerca la solución, ya que hay empresarios que están interesadas en revalorizar el frigorífico. El problema principal es que la empresa está muy deteriorada, cuenta con mucha falta de mantenimiento, acumula deudas de aportes con el personal, deudas impositivas, cuentas con la luz que ascenderían a 15 millones de pesos y no aportan a los sindicatos. La situación es muy complicada y cualquiera que venga a invertir, deberá inyectar mucho dinero.
¿Qué pensás que puede ocurrir entonces?
Sabemos que no va a ser fácil y tampoco de un día para el otro. Los interesados se comunicaron con el sindicato para que nosotros intentemos descomprimir la situación, para que los empresarios puedan viajar y ver al frigorífico funcionando. Debido a esto, durante el viernes intentamos que los trabajadores retomen las actividades, pero lógicamente están muy enojados con la situación. Lo que más enojó a la gente fue la actitud del dueño de ir con el dinero con intenciones de pago y no entregar nada. Nosotros estamos del lado de los trabajadores, no los vamos a traicionar y vamos a acompañarlos en lo que decidan. Por otro lado, lo que debemos entender todos es que nadie va a llegar para invertir en una firma con conflicto y que encima no la pueden ver funcionando.
¿Qué actores son necesarios para destrabar la situación?
La política provincial va a tener que tener un rol fundamental para acercar a los posibles compradores. Si bien la planta está tomada, los trabajadores realizan una medida de fuerza pacífica. Pueden venir a ver la empresa tranquilamente, las cosas no son tan difíciles, ya que los empresarios saben cómo averiguar las deudas y el estado real de la parte financiera.
¿Cuál es la postura del dueño ante una posible venta?
Esperamos la decisión del dueño de vender, ya que está al frente de una empresa con pedido de quiebra en Buenos Aires. Esto nos complica mucho, ya que es muy difícil pelear una quiebra en esa provincia, no es lo mismo que sentarnos a hablar en un juzgado de la ciudad. Esto también es un agravante para conseguir una salida al conflicto, ya que hace extender los tiempos y los más perjudicados son los trabajadores.
¿Qué representaría el cierre del frigorífico para la localidad de San Justo?
Sería una catástrofe, ya que el pueblo vive prácticamente del frigorífico; a pesar de lo mal que se cobraba, muchos habitantes dependen de su actividad. Trabajan 150 personas de San Justo y 50 más de Concepción del Uruguay, así que sería muy perjudicial que se cierre una fuente de trabajo para 200 familias de la zona. Estamos en una época difícil y queremos que todos lleguen a las fiestas con trabajo, en paz, dignidad y futuro visible. Lamentablemente hoy no hay un porvenir prometedor, debido a las actitudes del empresario y las actitudes de otras personas involucradas en la problemática. Creemos que va a llegar la ayuda del gobierno, pero no es de un día para el otro y la incertidumbre de la gente va generando rispideces. Es muy difícil.
¿Mantenés contacto fluido con los trabajadores?
Desde que empezó el conflicto voy todos los días, nos reunimos con los referentes que tomaron la posta y les explicamos cómo viene la mano. Lógicamente la gente está muy descreída y nos responsabiliza a nosotros por lo ocurrido, pero no voy a renunciar a la lucha y la representación sindical. No voy a abandonar este conflicto hasta conseguir una solución. El viernes fue un día muy duro, debido a que fueron representantes del Ministerio de Trabajo, el intendente de San Justo y otras personas. Los trabajadores sintieron que fueron a presionarlos, sin comprender los temas legales.
¿Cuál fue la intención de las reuniones del viernes?
Intentar descomprimir la situación y seguir avanzando con todos los reclamos mediante estrategias legales. Los trabajadores alcanzaron un gran logro. Visibilizaron el problema e hicieron que llegue al gobierno provincial. Ojalá algún empresario de los que mantienen diálogo con la provincia se decida a dar el paso para solucionar este conflicto. José Lauritto, Leonardo Cergneaux y diputados provinciales están charlando con posibles inversores para que lleguen y se hagan cargo de la planta.
¿Cuál sería la mejor solución?
Que se vaya Domingo Leopardo y que el frigorífico quede en manos de un empresario serio, pero mientras tanto sabemos que la gente tiene que comer y seguir viviendo. Sabemos que la transición va a ser dura”, concluyó señalando Sergio Vereda sobre el conflicto que se vive en la firma ServiAves de la vecina localidad de San Justo y que tiene preocupada a unas 200 familias. Máxime en el contexto de la llegada de un nuevo fin de año, con todo lo que eso representa para las familias y los trabajadores en sí. Si bien la solución puede demandar mayores complejidades, es de esperar que pueda resolverse cuanto antes y que la clase dirigente entienda que debe asistir a estos empleados precarizados y que hoy padecen para sostener sus ingresos en la principal fuente de trabajo de la pequeña localidad del Departamento Uruguay.
“En nuestros hogares están sufriendo todas las consecuencias”
Luisa junto a varias mujeres forman parte de la toma pacífica.
Para conocer mayores detalles lo que están atravesando los trabajadores, colegas del diario uruguayense La Calle se contactaron con Luisa Burba, empleada del frigorífico ServiAves, quien se refirió a la complicada situación que se encuentran atravesando.
¿Cómo se fue generando toda esta situación que hoy los mantiene en la incómoda situación de no cobrar y tener que tomar medidas de fuerza?
“Acá se acerca el abogado, se acerca el Sindicato pero respuestas en concreto no hemos tenido ninguna. Ha venido el Ministerio de Trabajo de Paraná que trae la propuesta que nos dio Domingo Leopardo, que es entregarnos en la atcualidad 8 mil pesos, algo que fue pedido hace una semana. Fue pedido ese día que tomamos la planta y ya va una semana. Con 8 mil pesos seguíamos faenando, pero ya ha pasado una semana, reclamamos las dos quincenas que se nos adeudan y los días que están transcurriendo. Pero la deuda ya es de hace dos años atrás que no teníamos vacaciones, se nos adeuda también aguinaldo, se nos adeudan premios, horas extras, así que la deuda es grande. En algunos casos más porque hay compañeros mecánicos que hace siete quincenas que no cobran. Hace quince días atrás recibimos de una quincena, solo 2 mil pesos”, comenzó explicando Luisa sobre el conflicto que se fue suscitando por la falta de pago de las quincenas de parte de la empresa ubicada en la vecina localidad de San Justo y cuyo dueño es Domingo Leopardo.
¿Cómo sigue, qué expectativas tienen con esta toma pacífica de la planta?
“La unión hace la fuerza. Tengo fe, tengo fe en Dios, también el apoyo incondicional de la gente que nos da fuerza, nos ayudan con alimentos, nos ayudan moralmente. Vienen y nos acompañan ahí afuera, se sientan a tomar mate. Se nos acercan bolsones de alimento para poder llevar a nuestros hogares porque acá no nos falta nada, pero en nuestros hogares están sufriendo todas las consecuencias de esta falta de pago” amplió la trabajadora del frigorífico, una de las 200 personas que hoy padecen por la continuidad de la fuente laboral.
¿Qué es, cuánto significa el frigorífico para la localidad y para el sostén económico de la misma?
“Para el pueblo esto es el corazón. Del frigorífico dependen aserraderos, dependen los negocios, es muy importante. Tanto para acá como para Concepción del Uruguay, gente de Caseros; implica mucha gente. La verdad que es triste, es muy triste estar trabajando y que no te paguen, no tener para llevar el plato de comida a tu familia y estar dependiendo de la gente que es muy solidaria y estamos muy agradecidos a la gente y los medios que nos acompañan y nos acercan alimentos, compañeros de otros frigoríficos y ciudades que hacen campañas para juntar alimentos. Sabemos que estamos bien encaminados por la ayuda de la gente que se refleja en eso. Esto es el corazón de San Justo lo que lejos de nosotros es perder el laburo y la planta. Queremos trabajar pero también cobrar”, concluyó señalando la trabajadora, que no pierde las esperanzas en que la lucha tenga su recompensa y puedan salir de la complicada situación que hoy los tiene en medio de tantas incertidumbres para ellos y por supuestos sus familias.
Por Matías Dalmazzo y Mario Bonnot / La Calle
