Ilustrativa.

Si bien las arcas municipales están preparadas para la coyuntura actual, el panorama económico que se aproxima no será el mejor.

En medio de un contexto nacional complicado el municipio uruguayense es austero y ordenado, por lo que puede cumplir con los compromisos de obras y sueldos asumidos. Coparticipación, recaudación y lo que se viene.

El secretario de Hacienda de la Municipalidad, Oscar Colombo, estuvo presente en la redacción de LA CALLE para hablar sobre diversos temas de la actualidad económica que tienen su repercusión en las arcas municipales, así como la actualidad de las mismas.

¿Cuánto dinero pierde de recaudar la municipalidad con las medidas anunciadas por el gobierno nacional y qué porcentaje del presupuesto representa?

“El monto asciende a once millones cuatrocientos treinta mil pesos para los próximos cuatro meses, lo que se traduce en una pérdida de cuatro o cinco por ciento del total recaudado por el municipio. Esta disminución de recursos se suma a lo que perdimos por la eliminación del fondo sojero, que de seguir existiendo durante 2019 deberíamos haber registrado un ingreso de veinte millones de pesos más.

¿Se sabe cuánto dinero perderá la provincia con estos anuncios?

Alrededor de mil quinientos sesenta millones de pesos para Entre Ríos, de los cuales la provincia coparticipa unos doscientos cincuenta millones en los diferentes municipios y a Concepción del Uruguay le corresponderían los más de once millones que hoy estamos dejando de recaudar por la iniciativa anunciada por el presidente Macri.

¿Cómo fue la reacción de los funcionarios al conocer que tendrán una reducción en las arcas locales?

Todo este año estuvimos muy expectantes. Desde marzo venimos analizando y confirmando que las medidas del gobierno nacional no tenían el resultado esperado en los mercados. Fue así que empezamos a avizorar una caída en la actividad económica y lo confirmamos luego en la recaudación. Interanualmente estamos teniendo un aumento de la recaudación del 30 o 32 por ciento, pero la inflación y el aumento de los costos son del 50 por ciento. Debido a esto, nos están faltando unos 20 puntos de recaudación desde marzo de este año, que se traducen en unos diez millones de pesos mensuales.

¿Cómo se distribuye la famosa coparticipación?

He intentado estudiarla y desmenuzarla muchísimas veces para entenderla, pero todo lleva al laberinto de la coparticipación. La Nación en teoría cuenta con una lógica, con montos y límites, pero se hace imposible explicarla claramente. Por otra parte, en la provincia tenemos tres índices principales: recaudación propia, índice de pobreza y población. Existen distintos componentes, pero para tener un panorama general: somos la mitad de Concordia, un 25 por ciento de Paraná y Gualeguaychú un 10 por ciento más que nosotros. Estos son los parámetros que solemos seguir.

Debido a esta reducción presupuestaria ¿hay planificaciones que podrían quedar sin financiamiento de acá a fin de año?

Muy poco, ya que se está ejecutando casi todo lo planeado y el municipio cuenta con los recursos económicos para las obras que encaró. La gestión local tiene un criterio muy prudente del manejo de los recursos. Contamos con un plazo fijo que se va a aplicar a todas estas obras que están en marcha en toda la ciudad. En este momento contamos con ejecuciones de obras por ciento noventa millones de pesos, que se deberían estar terminando para fin de año. Algunos ejemplos son la semipeatonalización de la plaza Ramírez, las mejoras en el Boulevard Sansoni, veinte cuadras más de asfalto, la ampliación de la calle Allais y la iluminación en diferentes puntos de la ciudad como balneario Itapé, Boulevard 12 de Octubre, Boulevard Irigoyen, además de otras calles céntricas y diferentes barrios alejados.

¿El recambio de iluminación fue un alivio para el municipio?

Se debería sentir, aunque es muy difícil controlarlo ya que la luminaria que sacamos del centro es reutilizada en los barrios donde las calles son más angostas. Tal vez con la misma plata que se gasta en energía, tenemos muchas más zonas iluminadas de la ciudad. Además, debido a la dolarización de las tarifas energéticas, la variación mensual que tienen las tarifas hace que sea muy difícil seguir un rendimiento al centavo de este gasto.

¿Cómo cree que será el año que viene en materia económica para el intendente electo Martín Oliva?

Me parece que no le va a tocar un buen primer año, vengo vaticinando que el 2020 va a ser peor que este.

Ante esta realidad ¿Cómo se preparan para el año que viene?

Con un control estricto del gasto y de la aplicación de los recursos en el funcionamiento de la municipalidad. En este sentido, tenemos la tranquilidad de que el costo operativo de la municipalidad no es alto. Mensualmente nos reunimos los cuatro secretarios de hacienda de la costa del Uruguay como Concordia, Colón, Gualeguaychú y nosotros, para tratar distintos temas de recaudación y variables presupuestarias. Allí siempre concluimos que el funcionamiento de nuestra estructura municipal no es cara. El presupuesto de los funcionarios políticos uruguayenses es más bajos que en las otras ciudades.

¿La estructura más cara son los sueldos en su conjunto?

Es así, ya que los sueldos representan el 60 por ciento del gasto total del presupuesto municipal. Hace años que tenemos reuniones coherentes y fluidas con el gremio de los trabajadores municipales. Existe una Ordenanza que establece no superar el 60 por ciento del presupuesto total en gasto de personal y los recursos corrientes. Hace años que venimos sosteniendo este principio; aunque si tomamos el último mes llegamos al 62 por ciento, pero el mes anterior habíamos cerrado en 59 por ciento. Nos mantenemos en esas cifras que son manejables por el momento.

¿Pueden recaudar más o el ciudadano es difícil de controlar?

Se podría recaudar más, pero carecemos de un cuerpo de inspectores. Al principio de la gestión tuvimos una intervención de la justicia y debido a eso nos quedamos sin cuerpo de inspectores de calle. De todas formas hacemos muchas inspecciones desde el escritorio con datos que tenemos de cada contribuyente, más cruzamientos que hacemos con ATER y AFIP. Controlamos si lo que nos declaran se correlaciona con la realidad; ya que los números de un comercio pueden no cerrar un par de veces, pero en el mediano plazo deberían dar positivo.

En nuestra ciudad hasta los bancos dan pérdida. Parece un chiste lo que declaran…

Sin dar nombres, ellos aseguran que les cayó la recaudación un tercio desde marzo en adelante, pero nosotros ya los notificamos pidiendo que expliciten cómo hicieron la declaración. Eran el cuarto o quinto contribuyente en nivel de importancia dentro del municipio. Si hay un sector que hoy está ganando fortuna son los bancos, con la colocación de fondos que hacen al Estado y las tasas que le cobran a la gente.

¿Y cómo se hace para controlar las nuevas figuras comerciales como son los mayoristas?

Son difíciles de seguir, pero en estos momentos estamos sobre ellos. Dada la imposibilidad de un control estricto sobre las ventas mayoristas o minoristas que realizan, la gran mayoría de las ventas que declaran son minoristas a consumidores finales. Es así que varios de ellos no están tributando la tasa de mayorista del 1,5 por ciento y pagan la del 0,8 por ciento para minoristas. Aquellos que tienen las dos actividades simultáneamente en el mismo local (mayorista y minorista), deberían pagar la tasa general del 1,5 por ciento y no lo están haciendo. Estamos notificando a todos los que deben hacer las rectificaciones necesarias. Entendemos que las declaraciones que hacen no son las reales, pero al menos reclamamos que paguen la tasa correspondiente del 1,5 y no la del 0,8.

¿Cuáles son las firmas más cumplidoras?

Sin dar nombres; los supermercados de origen local están más ajustados a las tasas reales, mientras que los de afuera son más complicados para hacerlos cumplir con el pago correspondiente. Puntos fijos que hemos realizado nos han determinado que las firmas que llegaron de afuera nos están declarando el 30 por ciento de lo que venden. Es un tema difícil de resolver y se da en todos los municipios de la región. Para solucionar el problema requerimos una dotación de personal que se dedique a esto, más la colaboración de ATER y AFIP. Estamos convencidos de que si están evadiendo no lo hacen para no pagar el 1,5 por ciento al municipio; la evasión que se genera es por no pagar el Impuesto a las Ganancias y el IVA, que son alícuotas mucho más elevadas que las nuestras. Negocios de ciudadanos uruguayenses con la misma estructura de esos supermercados, tributan tres o cuatro veces más. Tal vez con más inspectores en la calle podríamos aumentar la recaudación”, concluyó señalando Oscar Colombo sobre lo que se evidencia en el plano económico y la recaudación para el municipio uruguayense.

La calle

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