El Ministerio Público Fiscal representado por Mauro Quirolo y Juan Manuel Pereyra y los abogados querellantes Juan Cosso y Florencio Montiel pedirán una pena de cumplimiento efectivo que va entre los 15 y 20 años de prisión por corrupción agravada de menores en concurso real con abuso sexual simple, para el cura Marcelino Moya. Así lo confirmó Montiel a ANÁLISIS DIGITAL al término de dos días intensos de testimoniales que se desarrollaron en los Tribunales de Concepción del Uruguay. En ese marco, valoró la importancia de los testimonios ante el tribunal, integrado por María Evangelina Bruzzo, Alberto Seró y Fabián López Mora, y opinó que “ha sido muy clara la testimonial y el Tribunal va a llegar a darnos una alegría en medio de toda la tristeza que significa este proceso”. Respecto de la ausencia de Moya en la jornada, definió: “Hizo lo que todos esperamos de un cobarde”.

Al finalizar la etapa de testimoniales, este viernes el abogado querellante Florencio Montiel admitió ante ANÁLISIS DIGITAL que tienen “las mejores expectativas porque han sido dos días muy intensos, que en principio iban a ser tres, pero desde el primer testimonio que fue el de Pablo (Huck) ha sido algo muy movilizador porque los testimonios han sido sumamente emotivos y por supuesto cuando se dice la verdad como en este caso han sido más que claros y creemos que se va a hacer justicia porque esta clarita la situación”.

Consultado por el accionar de los abogados de la defensa del sacerdote que no realizaron absolutamente ninguna pregunta a ninguno de los 17 testigos que se presentaron, el letrado consideró que “el no realizar preguntas puede haber sido una estrategia pero además los testimonios han sido lo suficientemente claros como para querer forzar algún error o alguna contradicción”. “Cuando se dice la verdad es difícil que se incurra en contradicciones y calculo que esa debe haber sido la estrategia de la defensa”, explicitó.

En la vereda de los Tribunales, donde familiares y amigos de Pablo Huck aguardaron durante toda la jornada, el querellante también analizó la ausencia de Moya en las audiencias del jueves a la tarde y del viernes y contó que el cura “se presentó el primer día, sin levantar siquiera la mirada, pero eso le sirvió a Pablo para que en su testimonial le pudiera decir algunas cosas que si realmente una persona es inocente, por lo menos hubiese reaccionado; se dedicó a escribir nada porque nos dimos cuenta que no estaba escribiendo sino que simulaba e hizo lo que todos esperamos de un cobarde”.

Tras explicar que la futura instancia de alegatos “es básicamente la valoración de la prueba”, remarcó que desde la querella “ya venimos trabajando hace cuatro años y consideramos que han estado todos los elementos desde hace ya un tiempo pero ahora la inmediatez y la prontitud de los testigos con el Tribunal sirve muchísimo para que se tome conciencia directamente del testimonio”.

“Acá no hablaba gente lejana, acá dieron testimonio compañeros de escuela, párrocos que compartieron el mismo lugar con el imputado, hubo cartas que se le mandaron a monseñor (Alberto) Puiggari que era el encargado de iniciar la investigación eclesiástica, y por eso creo que ha sido muy clara la testimonial y el Tribunal va a llegar a darnos una alegría en medio de toda la tristeza que significa este proceso”, señaló.

Por último, ratificó que “la Fiscalía ya solicitó y nosotros adherimos en los alegatos de inicio de juicio una pena de cumplimiento efectivo que va entre los 15 y 20 años por corrupción agravada de menores en concurso real con abuso sexual simple”.

Análisis Digital

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