Rubén Darío Germanier, el abogado que retomó la defensa del cura Marcelino Moya, que será juzgado por abuso y corrupción de menores, dijo que cree en la inocencia de su defendido y anunció que en la primera jornada de debate oral pedirá al Tribunal que declare la prescripción de los delitos.
Germanier volvió a tomar la defensa del sacerdote payador junto a Néstor Fabián Paulete, luego de que este martes, un día antes del inicio del juicio, renunciara a la defensa técnica de Moya el letrado uruguayense José Ostalaza. Es el tercer cambio de abogados del cura, y es que en el inicio del proceso estuvo defendido por el abogado Gustavo Amílcar Vales, hoy juez civil y comercial de Concepción del Uruguay.
A raíz del nuevo cambio de abogados, el juicio se pospuso un día: comenzará mañana jueves, ante el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concepción del Uruguay, que integran los jueces María Evangelina Bruzzo, Alberto Seró y Fabián López Moras.
El proceso contra el cura Moya por los abusos a menores denunciados y que habrían ocurrido mientras ejerció como vicario de la parroquia Santa Rosa de Lima y ejerció como docente en el Colegio La Inmaculada, de Villaguay, a mediados de la década de 1990, se inició tras la presentación que efectuaran dos de las víctimas, en junio de 2015 en los Tribunales de Paraná.
En diálogo con el programa Puro Cuento, que se emite en Radio Costa Paraná 88.1, el abogado Darío Germanier comentó que actualmente el cura se encuentra “confinado” en su casa en María Grande.
En defensa de su cliente, el letrado citó palabras pronunciadas por el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Carlos Rosenkrantz, este martes en la inauguración del año judicial: “Toda crisis de legitimidad provoca una crisis de confianza. Creo que todos debemos aportar a tener un Poder Judicial que nos haga confiar en él”, dijo.
“Él (por Moya) es inocente”, remarcó el letrado y cuestionó los escraches con huevazos que sufrió el cura Moya en 2017, durante una audiencia en los Tribunales de Concepción del Uruguay.
En ese sentido, señaló que en el juicio planteará, como cuestión previa, que los delitos por los que se acusan al cura están prescriptos por el paso del tiempo. “El derecho penal es irretroactivo. No te pueden condenar por un hecho que pasó hace 15 años”, aseguró.
En esa línea, Germanier coincidió con el voto del vocal de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia, Daniel Omar Carubia, quien en el marco de la causa Ilarraz consideró que los delitos del cura estaban prescriptos.
A su vez, también elogió los libros del penalista liberal Marcelo Sancinetti en defensa del cura Julio César Grassi, condenado en 2009 por abusos sexual agravado. El trabajo comenzó a realizarse en 2010 a pedido de la Conferencia Episcopal Argentina, que presidió Jorge Bergoglio, actual Papa Francisco.
“Sancinetti me dijo: ‘En este país, policía y cura, condena segura’. Me lo dijo un profesional que se merece mi mayor respeto. Yo lo que creo, sin perjuicio de entender que no hay elementos que acrediten la materialidad de los hechos, es que hay una cuestión básica: nadie se anima a ponerle el cascabel al gato, lo que está prescripto está prescripto. Y la prescripción es la garantía de los derechos”, planteó el abogado de Moya.
En esa dirección, pidió que “se aplique la ley como corresponde”. “Lo que va a plantear la defensa como cuestión previa dentro del debate es la prescripción, y el Tribunal evaluará si resuelve la cuestión previa en el contenido del debate o si seguimos discutiendo con todas las demás pruebas”, anunció enseguida.
“Estamos seguros que es inocente. Porque en estos pueblos nos concomemos todos, bastante nos conocemos. Si hay algo prolijo es el Colegio Inmaculado de Villaguay. Conozco un monto de gente, entonces nos conocemos todos. Yo creo que los hechos denunciados respecto a Moya no ocurrieron”, agregó el letrado que no cree en el relato de las víctimas.
—Usted tuvo charlas con Moya, qué dice
—Sí, hablo siempre. No entiende lo que está pasando. Por eso digo que me llama la atención, porque, aparte, es una persona popular porque canta, recita y tiene un monto de discos editados.
—Pero el hecho de que sea popular no implica que sea inocente.
—Lo que digo es que una buena persona, de bien incapaz de hacer eso. Quiero decir que es una persona conocida, que ha cumplido funciones sociales importantes donde estuvo. Fui a Seguí y me lo recorrí a pie y pregunté qué pensaban del padre.
Consultado sobre cuántos testigos ofrecerá en el juicio, el letrado señaló que aún no lo sabe puesto que recién tomó conocimiento del expediente que dejó Ostolaza, que renunció a la defensa este martes. No obstante, concluyó: “No necesito probar la inocencia de él. No hay prueba para la condena, es lo que creo”.
Entre Ríos Ahora