Entre las cesantías dispuestas por el Gobierno Nacional está el veterinario de la delegación local. “Tenemos el zorro adentro del mismo gallinero”, señaló a LA CALLE el profesional que desempeñaba sus funciones en el Departamento.

En menos de siete días el gobierno nacional echó a más de 300 personas del Ministerio de Agroindustria y más de 200 personas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), organismo este último que tiene un interés nacional en la sanidad de los animales y los vegetales, así como la prevención, el control y la erradicación de las enfermedades y de las plagas que afecten la producción silvoagropecuaria nacional, la flora y la fauna, la calidad de las materias primas producto de las actividades silvo agrícolas, ganaderas y de la pesca, así como también la producción, inocuidad y calidad de los agroalimentos, los insumos agropecuarios específicos y el control de los residuos químicos y contaminantes químicos y microbiológicos en los alimentos y el comercio nacional e internacional de dichos productos y subproductos.

Los despidos efectuados por Cambiemos no solo dejan a personas y familias desguarnecidas, con la consiguiente falta de posibilidad de llevar una vida digna, sino que también deja al Senasa sin las herramientas que necesita para cumplir sus funciones. Se está dejando sin trabajo a cientos de personas, trabajadores calificados, poniéndose en riesgo la salud de los argentinos y las ventajas competitivas de productores y empresarios.

En esta línea, José María Rodríguez, veterinario y ex trabajador del instituto dialogó con LA CALLE respecto de su despido y la situación que atraviesa el sector no solo con las cesantías, sino con el vaciamiento y la tercerización en las actividades. “La realidad es ésta. Soy delegado gremial, nuevamente elegido el 27 de octubre pasado y estoy en poder de mi mandato como delegado y fui despedido el día 26. No hay ninguna razón para el despido, sólo lo que argumenta el Ministerio de Modernización de Nación, donde destaca que hay que hacer una reducción de personal del Estado y nada más no hay ni un sumario administrativo, ni apercibimiento, ni nada. Creo que de los 21 compañeros que dejaron afuera del organismo la semana pasada, solamente hay 3 que tienen algún tipo de problema con sumario administrativo”.

“Yo entré el 21 de julio del año 2006 y desde la fecha hasta ahora he ejercido mis funciones, no soy ñoqui, he trabajado más de la cuenta porque fui el veterinario local full time con una dedicación total porque no podía hacer otra cosa, así que dejé mi profesión y cumplí sobradamente las horas que constaban en mi contrato así que esa es nuestra realidad” relató Rodríguez y destacó que su cargo era como veterinario local, es decir la cabeza de la oficina local de sanidad animal; “yo estaba a cargo de toda la parte de campo, o sea lo que se maneja en Senasa menos inocuidad”.

El despido de José María, como el de los más de 500 trabajadores que se quedaron sin sus trabajos en el Senasa, significa la quita del control de sanidad animal y vegetal en nuestro país, sumado a otras problemáticas no menores de soberanía nacional y privatización de los espacios públicos.

En esta línea el referente opinó: “hoy la oficina local está acéfala, sólo conserva su puesto la compañera que trabaja en aves más un veterinario que ingresó últimamente y está destinado a la función de granja avícola y entiendo que todo lo que no concierne a aves, está sin control y descuidado en el Departamento”.

 

El zorro en el gallinero

“Este modelo de gobierno va hacia el vaciamiento nacional y la privatización, el primer ejemplo lo tenemos con la realidad de los puertos donde el Senasa hacía la inspección de los buques que venían a cargar y fue derogada la resolución que indicaba esas tareas y hoy en día lo están haciendo los mismos privados. Tenemos el zorro adentro del mismo gallinero. En sanidad animal, cuando se aprueba la ley de Senasa que da la posibilidad de formación de entes sanitarios no oficiales, también hay muchas corporaciones que se están peleando por quedarse con el Senasa. Es decir, hoy los mismos productores van a ser sus propios controladores”, explicó Rodríguez en cuanto a la acefalía del organismo nacional.

Finalmente concluyó que desde hace tiempo se esperaba el achicamiento del Senasa era algo que iba a suceder pero no lo veían venir. “Hoy lo estamos padeciendo, nos decían que se venía el achicamiento y la destrucción del estado y lo único que le interesa a ellos es la exportación, creando claramente dos estatus sanitarios: uno para el consumo interno sin ningún tipo de control donde las inspecciones que se puedan llegar a realizar sean donde el frigorífico pague una tasa por animal faenado al profesional, entonces la ganancia es mayor para ellos que para el propio organismo”, concluyó Rodríguez. (La calle)

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