Sucedió durante el fin de semana. Se cree que los delincuentes aprovecharon la fuerte tormenta de la madrugada del domingo para actuar. Además de las netbooks se llevaron un equipo de música, un bafle, una guitarra, un órgano y hasta la carne del almuerzo de los 30 alumnos que siguen almorzando en la institución durante el receso de verano.
El antecedente más cercano nos lleva al verano de 2012. Cuando delincuentes ingresaron al establecimiento educativo y se llevaron la única computadora que había en el colegio, en la Dirección. Cinco años más tarde, toda la comunidad de la Escuela Nina de jornada completa Nº 116 “Abrazo Fraternal” de Gualeguaychú –ubicada al lado del Polideportivo “Antonio Giusto”– trata de digerir el trago amargo que les dejó lo sucedido el fin de semana, cuando volvieron a ingresar a la institución para llevarse 29 computadoras y otros elementos de valor.
“Ingresaron por la calle Zubiaur, cortaron una de las rejas de las ventanas y, ya adentro, tuvieron todo el tiempo del mundo para entrar a la sala donde están las llaves, cortar los cables de la alarma del aula donde estaban las computadoras y llevarse todo”, relató a ElDía, todavía compungido por lo sucedido, el director del establecimiento, Miguel Díaz.
En la sala a la que ingresaron los delincuentes –cuenta con alarma al igual que la Dirección, a la que no entraron– estaba el aula digital, correspondiente al plan “Primaria Digital”, del gobierno nacional. Pero no solamente se llevaron 29 netbooks con las que aprenden los chicos, también robaron una guitarra criolla, un bafle grande marca Phonic, un órgano, un equipo de música y hasta la carne para la comida de los 30 alumnos que almuerzan durante el receso escolar (ese número asciende a 130 durante el año, cuando los chicos desayunan, almuerzan y meriendan en la escuela). Además, intentaron robar el freezer y hasta lo corrieron de lugar, lo que da la pauta de que, lógicamente, el hecho fue llevado a cabo por más de una persona.
“Cuando le conté a las maestras algunas se pusieron a llorar. En escuelitas como las nuestras, a las que asisten chicos muy humildes, ellas le ponen todo el esfuerzo y lo mejor de sí. Los recursos que tenemos son muy escasos. Y si bien las computadoras fueron enviadas por le CGE (Consejo General de Educación), al resto de los instrumentos de música los compraron con las rifas que vendieron los propios chicos”, lamentó Díaz, quien el viernes se había llevado del lugar un bafle y una consola, que de permanecer allí hubiesen corrido la misma suerte que el resto de lo robado. (El Día)
